Uno de los momentos más emotivos de la noche de Copa Argentina en Salta fue el retiro del histórico delantero de Atlas, Wilson Severino, quien a los 37 años cerró su carrera contra River, club del cual es hincha.
Severino ingresó al campo de juego faltando cinco minutos y pudo darse el gusto de su vida, además de abrazar a Leonardo Ponzio ni bien pisó el césped del estadio Padre Martearena.
Dueño de una historia de vida particular, llena de sacrificios, Severino se quebró emocionalmente ante la prensa y dejó un mensaje al mundo del fútbol, en especial al del ascenso. "Gracias a todos los pibes que laburan y se rompen el orto dentro de una cancha. No somos de contrato millonarios ni de viajes a Europa. Somos pibes que le ponemos el hombro para ser jugadores de fútbol", arrancó.
El delantero reveló además que su carrera como futbolista lo alejó de su familia, en especial de su hijo. "La familia te critica porque no ganás nada. Terminás de laburar, te vas a jugar al fútbol y volvés golpeado y cansado. Le pido disculpas a mi hijo, por ahí no nos estamos llevando bien porque no pasé mucho tiempo con él. Perdí 13 años de su vida por dárselos al fútbol. Espero que algún día me entienda", cerró entre sollozos.
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