Ante un Boca otra vez sin ideas que no pudo reaccionar de cara al Superclásico del próximo domingo, Estudiantes controló la mayor parte del partido en La Bombonera, se adaptó mejor a las dificultades que presentaba el campo mojado y contó con algunas chances para marcar, pero debió conformarse con un pobre 0-0.
Boca volvió a dejar una imagen descolorida, no funcionó con Leandro Paredes como enganche, mejoró levemente en el segundo tiempo cuando pasó a usar un 4-4-2 y en el tramo final del encuentro hasta contó con ocasiones como para ganarlo, pero globalmente estuvo lejos de conformar.
Estudiantes fue un conjunto dinámico, con un Rodrigo Braña patrón de la mitad de la cancha y un encendido Gastón Fernández, pero al elenco platense le faltó precisión para definir, principalmente en Guido Carrillo. Finalmente, su desgaste lo dejó expuesto y condicionado físicamente sobre el final, aunque igual quedó claro que estuvo más cerca de la victoria.
Todo el primer tiempo fue de Estudiantes, que se asoció mejor, ganó la mitad de la cancha con Braña y Román Martínez y tuvo en Gastón Fernández a un delantero muy difícil de controlar, porque fue desequilibrante por ambos laterales.
La primera jugada de peligro que generó el visitante ocurrió en el minuto 7, por un centro precisamente del ex River y Racing desde la izquierda al que por muy poco no llegó Carrilo. Tres minutos después, otra pelota que cruzó Fernández por abajo, esa vez desde la derecha, tampoco fue conectada por Carrillo, quien a los 14 remató desviado después de un toque hacia atrás de La Gata.
Después el equipo albirrojo se tomó un respiro sin que Boca apareciera en el cotejo, y sobre los 26 volvió a zozobrar el arco de Agustín Orion por una llegada de Raúl Iberbia que el arquero controló en dos tiempos.
A los 30 Fernández quedó solo en el área en una oportunidad inmejorable, pero se demoró y permitió que lo trabara Guillermo Burdisso. De ese tiro libre ejecutado por Fernández cabeceó Carrillo sin la dirección adecuada.
Boca nunca encontró circuitos colectivos y perdió el balón con facilidad. Sólo había buscado a través de cuatro remates desde fuera del área, tres a cargo de Paredes y uno por parte de Clemente Rodríguez, todos defectuosos.
Recién en el tiempo adicionado hubo una situación de neto riesgo para el arco del paraguayo Justo Villar a través de una maniobra individual de Guillermo Fernández con toque corto para Lucas Viatri, pero el remate del delantero desde cerca fue salvado por el guardavalla con un pie.
En el segundo capítulo Estudiantes perdió prolijidad, en especial porque decayó Martínez, y Boca sin Paredes, pero con Nicolás Colazo como lateral y Juan Sánchez Miño como mediocampista, logró compartir la posesión de la pelota y alejar el partido de su área.
Las dos primeras llegadas le correspondieron igualmente al Pincharrata. A los 5 minutos, Carrillo no llegó a una pelota cruzada por Leonardo Jara, y un minuto más tarde, después de una buena acción de Maximiliano Núñez, el balón le quedó a Gastón Fernández por izquierda y su remate a primer palo exigió una muy buena intervención de Orion.
Boca contestó con un cabezazo del uruguayo Santiago Silva desviado a los 8, después de un centro de Colazo, y con otro de Viatri a los 10 tras tiro libre de Sánchez Miño, que atajó Villar.
Con el ingreso de Lautaro Acosta, en los últimos 25 minutos el local se insinuó más peligroso, y además a esa altura era evidente que Estudiantes sentía el esfuerzo.
La última oportunidad para Estudiantes se vio a los 35 gracias a una buena maniobra del colombiano Duván Zapata, quien la cruzó de derecha a izquierda hacia donde llegada Carrillo, pero el delantero volvió a rematar desviado.
Lo que restaba fue de Boca, que contó con un cabezazo de Acosta en el techo del arco a los 36; un despeje defectuoso de Jonathan Schunke que dio con la pelota en el travesaño a los 39 tras centro de Sánchez Miño; un cabezazo de Silva que picó y se fue por arriba del arco a los 42 y un disparo de Sanchez Miño al lado del palo derecho a los 45. Pero ya era demasiad0 tarde para lágrimas.