Si algún indignado por la vergüenza ocurrida el pasado sábado en el Monumental en la final de la Copa Libertadores entre River y Boca creía que la violencia en el fútbol era exclusiva de Argentina o de Sudamérica, los graves enfrentamientos entre ultras del AEK y el Ajax demostraron todo lo contrario.
Los incidentes entre ambas parcialidades comenzaron en las afueras del estadio y continuaron adentro, donde quedó registrado cómo un simpatizante del equipo griego arrojó una bomba molotov que provocó un incendio y podría haber ocasionado una tragedia. Pese a las lamentables imágenes que llegan desde Grecia, el partido se jugó de todas formas. Habrá que esperar para saber si las sanciones son de primer mundo o también se pone la mugre bajo la alfombra y todo sigue igual.