jueves 28 de marzo del 2024

La deuda sigue creciendo

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Escasos son los ejemplos de clubes bien administrados en el fútbol argentino. Y cuando uno dice “bien administrados” se refiere a brindar comodidades a sus socios, ampliar la oferta de deportes para practicar, interesar al asociado en nuevas propuestas, hacerlo participar y además, tener un equipo dirigencial confiable y trabajador.

Vélez y Lanús marcan la diferencia, con distancias muy grandes sobre casi todos sus colegas, con presupuestos que apuntan al largo plazo y a la excelencia. Partiendo del concepto de que es mejor formar a sus jugadores en las divisiones inferiores que traerlos de afuera, han desarrollado un estilo poco imitado, pero muy exitoso. En el caso del club de Liniers –actual subcampeón- el 21% del presupuesto se invierte en las divisiones inferiores de fútbol y en Lanús, por ejemplo, el último balance brindó un saldo favorable de casi 15 millones de pesos. ¿Hay diferencias económicas con los cinco grandes? Muy claras y contundentes.

River cierra el año sin poder transferir a ningún jugador ni realizar incorporaciones. La auditoría que lleva adelante la gestión de Daniel Passarella no terminó de redondear la pavorosa deuda que dejó la administración de José María Aguilar. ¿Alguien le impide a Passarella publicar lo que debe River al mundo? Se habla de 100, 150, 170 millones de pesos ¿cuál será la verdad? Imprescindible para su futuro es la venta de algún futbolista a la brevedad.

Independiente está en convocatoria de acreedores y tiene un pasivo que supera los 150 millones de pesos, más allá de no haber podido terminar su coqueto estadio. El éxito en la Copa Sudamericana y el posicionamiento de algunos futbolistas quizá le permita cierto desahogo en los próximos meses, pero las cuentas habrá que pagarlas igual.

San Lorenzo tiene nuevo presidente, el empresario Carlos Abdo, quien desembolsará dinero de su bolsillo para ayudar a mitigar la patética situación del club azulgrana. Deudas por más de 100 millones de pesos se acumulan en el club de Boedo, que tiene un plantel devaluado y necesita reforzarse para pensar en un módico éxito deportivo.

Boca cambió nuevamente su entrenador buscando mejorar su flojo rendimiento futbolístico, mientras disfruta y padece alternativamente los últimos esfuerzos de Palermo y de Riquelme por serles útiles. Si bien la situación económica no es tan mala, tampoco nada en la abundancia como en años anteriores.

Inversamente proporcional, el momento de Racing Club le permite  vender las joyas del club (José Luis Fernández, Yacob o Zuculini) para reforzarse y por primera vez en años, intentar ganar el campeonato afirmado en la tarea seria de su técnico y de sus directivos. De Racing, esta vez, no se habla para mal sino para comentar su mejoría.

Estudiantes de La Plata es el campeón, vendió a dos de sus brillantes defensores (Federico Fernández y Marcos Rojo) lo que le permitirá traer algún jugador a cambio y reducir un pasivo que suena amenazante, aunque esté controlado. Huracán, envuelto en una crisis política interminable, tratará de mantener la categoría mientras resiste con imaginación y escasos recursos para seguir posicionado en un lugar aceptable.

Buenas gestiones, esfuerzos compartidos con dirigentes políticos cercanos, han llevado a Argentinos Juniors, Colón, Banfield y Newell’s Old Boys ha lugares cercanos al privilegio, pero donde el día a día se hace sentir. En el caso de los rosarinos, por primera vez fue citado a declarar el ex presidente Eduardo López, todo un emblema de corrupción y poder despótico. La falta de documentación le permitió a Newell’s reducir casi en un 50% sus obligaciones, a pesar de que también la deuda roza los 100 millones de pesos.

Godoy Cruz disfruta de una situación única –primer representante mendocino en la Copa Libertadores- y una administración coherente y razonable, lo mismo que Arsenal, con la familia Grondona omnipresente. La reconstrucción de Gimnasia dependerá de Ángel Cappa en su sorpresivo retorno al fútbol para lidiar con el bajo promedio y de su veterana dirigencia encabezada por el respetado Héctor Delmar.

Como se observa, no hay rosas ni demasiadas razones para ser optimistas. Las asociaciones civiles sin fines de lucro sobreviven a los saltos, a veces pegando manotazos sin criterio al futuro y en otros lamiéndose las heridas. Explicación poderosa para entender que el destino de exportador de jugadores llegó para quedarse y la necesidad de pagar mucho y recaudar poco también. ¿Se podrá mantener el modelo?

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