sábado 20 de abril del 2024

El clásico de los siglos

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El Real Madrid ha sido, indiscutiblemente, el equipo más importante del Siglo XX. Por títulos, figuras y trascendencia mundial.

El Barcelona ha sido, indiscutiblemente, hasta aquí, el equipo más importante del Siglo XXI. Por títulos, figuras, trascendencia mundial y además por su incomparable estilo.

En las próximas semanas se enfrentarán cuatro veces, casi seguidas. Y, casi que, en escala ascendente de interés. El sábado próximo jugarán por la Liga. Al margen de que el Madrid busca vengar la afrenta del 0-5 de la primera ronda, a partir de los ocho puntos que le sacó el equipo de Guardiola y que parecieran haber definido la Liga para los catalanes, el partido se presenta como una avant premiere de lo más jugoso porque tres días después jugarán una finalísima de la Copa del Rey que no se daba desde el año 1990, con victoria del Barcelona. Fue, aquella, además, la última final que jugaron entre ambos, lo cual realza la expectativa.

Pero el casi seguro plato fuerte vendrá después, cuando los dos equipos más importantes del planeta fútbol, presuntamente, se enfrenten en el marco de las semifinales de la Champions, en algo que aparece como una especie de final anticipada.

La serie de partidos, tal vez, sea presentada como el enfrentamiento entre dos estilos. Y es probable que así sea. Pero no debería hablarse de antagonismos futboleros absolutos.

Lo del maravilloso equipo de Guardiola está claro. Responde a una filosofía futbolística muy conocida. Ser el dueño del partido, siempre que se pueda. Jugar en campo rival. Priorizar la creatividad colectiva por sobre la individual. Tomar riesgos en pos de una superación concreta del rival. Funciona y hace escuela. Su fútbol vive un pico de expresión. Por momentos parece inmejorable pero, notablemente, logra superarse.

Lo del peligrosísimo equipo de Mourinho se está haciendo. A los golpes, pero se está haciendo. También propone adueñarse, por lo general, del trámite del partido. Y lo hace con una importante carga de espíritu ofensivo. En estos detalles es donde el antagonismo que se busca crear desaparece.

Es cierto que la tenencia de pelota del Barça no se repite en el Madrid que es mucho más directo para atacar. Pero el Real agrede con mucha gente. A los cuatro hombres de ataque que pone siempre en cancha se suman el volante alemán Khedira y los laterales Ramos y Marcelo. Precisamente el nombre del lateral izquierdo brasileño sirve para ejemplificar uno de los tantos prejuicios que rondan en el fútbol. El ingeniero Pellegrini, un hombre identificado con un estilo ofensivo solía utilizar a Marcelo en el lugar de extremo por la izquierda en el lugar que hoy ocupa Cristiano Ronaldo. Mourinho siempre fue, injustamente, tildado de defensivo y más aún después de su notable trabajo en el Inter campeón que eliminó en el Camp Nou al Barcelona con un cerrojo bien a la italiana. Sin embargo, desde la conformación del equipo se ha mostrado mucho más audaz que su antecesor chileno. No es Guardiola claro, es mucho más pragmático.

Puede percibirse un choque de estilos más desde el concepto que desde la forma. El Barsa es una escuela, trabaja en las divisiones menores y sus grandes figuras han surgido de allí. Messi, Xavi, Iniesta, Puyol y Víctor Valdez lo certifican. Para el Madrid, billetera mata galán. Compra todo. Futbolistas, fórmulas y hasta entrenadores que, presuntamente, garanticen éxitos.

Si no lo entienden del todo tradúzcanlo en nombres. Messi por un lado, Cristiano Ronaldo, por el otro.