martes 23 de abril del 2024

Argentina debe convencerse o cambiar

442

Hoy, a horas del segundo partido frente a Colombia y después del preocupante empate frente a Bolivia en el debut, la selección argentina no es ni mejor ni peor equipo que antes del debut. Sencillamente porque todavía no es un equipo. Amagó con empezar a serlo en algún momento circunstancial del ciclo Batista pero la idea que el entrenador intenta plasmar y los aspectos colectivos del juego no terminan de afirmarse.

Hay una idea: apuntar a la posesión del balón y rodear a Messi de diferentes alternativas de pase o engaño. Pero, hasta ahora, no mucho más que eso. La intención de espejarse en el maravilloso Barcelona de estos últimos tiempos parece haberse desdibujado. Por empezar desde las declaraciones del entrenador y las de algunos jugadores que  se “despegaron” del espejo que había sido elegido. Un poco por detalles futbolísticos basados en las características de algunos jugadores pero mucho más aún porque aparecieron algunos señalamientos en el medio que cuestionaron el hecho de que la selección argentina con su rica historia tuviera que “copiarse” de un equipo de clubes.

La conclusión es que Argentina no intentó jugar como el Barsa pero tampoco explotó a fondo el potencial que, en la previa, ofrecen las características personales de sus futbolistas más reconocidos. Es decir que para jugar como el equipo de Xavi e Iniesta por empezar se necesitan jugadores con ese molde. Banega y Cambiasso no lo son, indiscutiblemente. Los españoles, al margen de saber iniciar la jugada de frente al campo rival también saben continuarla, de espaldas muchas veces y a partir del engaño o de la resolución individual. Los argentinos, dos volantes centrales de buen pie y buena iniciación nunca demostraron ser capaces de resolver así. Además, jamás jugaron de esa manera en sus respectivos equipos y por lo visto tampoco lo han terminado de incorporar con la Selección.

La profundidad que aportan los laterales del Barsa no la dan ni la darán jamás futbolistas de las características de Zanetti, Rojo o el mismo Zabaleta, quien igualmente aparece como el mejor preparado. Los laterales del Barsa atacan como delanteros, los argentinos lo hacen como defensores, con temores, sin resolución individual y casi siempre con la pelota en los pies, aunque este error es compartido con sus compañeros.

Estacionar a los delanteros, uno por cada banda tampoco suele verse en el equipo catalán. Lavezzi, Tevez y Di María pecaron de individualistas, a punto tal de encarar, no ya en el uno contra uno sino más bien en el improbable uno contra tres. Jugaron poquito y nada sin la pelota y es este un detalle clave para las descargas de Messi o la posibilidad de la falsa pared que le arrastre marcas y le abra la puerta de la defensa rival. Eso también es jugar para Messi y no sólo darle todas las pelotas que se reciben.

Ahora, si Argentina decide no jugar como el Barcelona habrá que cambiar varias cosas más. Porque si la idea de replicar el estilo y el dibujo tenía como basamento la comodidad en la cancha de Messi y la intención de explotar al máximo su incomparable potencial, pero el equipo y el mismo Leo también, olvidan los preceptos básicos de paciencia, circulación, entrar y salir de la jugada, engaño y rotación, la cosa no va. Si no hay convicción habrá que cambiar.

Entonces, si no hay laterales con ese estilo y ni siquiera los hay más defensivos pero de primer nivel, una variante es jugar sin ellos. Por ejemplo, con tres en el fondo. Y si no hay armadores de juego y no se logran conseguirlos o convertirlos, será el momento de prescindir del armado y pasar directamente a la segunda parte de la jugada. Evitar la zona de creación e ir por lo que se conoce como segunda jugada a partir del rechazo de la defensa rival o, sencillamente de un rebote.

No parece ser lo mejor, ni lo más cómodo para Messi ni lo más seguro y por supuesto que tampoco es la forma más bella de jugar pero a 25 años del último Mundial ganado la belleza no parece estar entre las prioridades del futbolero medio.

En esta Nota