viernes 19 de abril del 2024

Entre proyecto y resultados

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Alejandro Sabella hizo su primera lista. La empresa que organiza los partidos no da respiro en su afán recaudatorio y armó dos partidos con Brasil con equipos “locales” y dos en la India, a poco de fracasar en la Copa América. Lo ideal hubiese sido esperar hasta octubre, cuando comience la Eliminatoria, darle tiempo a Sabella de juntarse con los jugadores, trasladarles la idea, explicar sus planes, conocerse, pero sin competencia. No jugar durante este mes ni en septiembre y recién exponerse a la consideración pública con los tres puntos del partido contra Chile del 7 de octubre en juego.

Después del penoso paso de la Selección por su propia Copa América y la eyección de Batista del cargo, más la caída del Sub-20, las dudas sobre las continuidades de Walter Perazzo y Oscar Garré en las categorías menores, más la salida de Bilardo del cargo de director de Selecciones Nacionales más Humbertito Grondona, tirando directas e indirectas en los medios, más las declaraciones “antiproyecto” de Julio Grondona y Germán Lerche… Son demasiados frentes abiertos.

Es cierto que los partidos contra Venezuela y Nigeria se pactaron antes de la Copa, cuando nada hacía suponer que pasaríamos la rueda inicial con una victoria ante entusiastas universitarios costarricenses y que caeríamos en cuartos ante Uruguay, jugando todo lo mal y equivocado que se puede jugar en el momento más importante del partido. Tras el derrumbe, Sabella debe reconstruir el equipo nacional. Alguien podrá acusarme de tremendista. Tal vez lo sea. Pero después de la salida de Marcelo Bielsa y de que José Pekerman primero y Hugo Tocalli después, Argentina no tuvo proyectos serios. Se eligió por instinto o pensando en que tal o cual grupo periodístico apoyaría ciertos personajes y estilos. La AFA tiró por la borda todo lo actuado desde 1974 hasta 2004. En esos treinta años, estuvieron Menotti, Bilardo, Basile, Passarella y Bielsa. De 2004 a 2011, pasaron Pekerman, Basile, Maradona, Batista y ahora Sabella. Cinco entrenadores en treinta años. Ahora van cinco también, pero en siete. Estos números deberían alcanzárselos a Lerche o a Grondona cuando dicen que “el proyecto son los resultados”. Me niego rotundamente a pensar así. Sobre todo, porque en este mismo país y con estos mismos dirigentes, se hizo lo opuesto. Y con lo opuesto a esto tuvimos todo, proyecto y resultados.

Sabella es un entrenador serio y capaz. A diferencia de su antecesor, califica con creces para conducir al equipo nacional. Jugó al fútbol maravillosamente, acompañó a Passarella en su tarea en la Selección Nacional entre 1994 y 1998, luego lo siguió a Uruguay, México, Italia y River. Juntó experiencia, aprendió, se actualizó todo el tiempo. Lo llamó Estudiantes, el equipo al que Sabella llevó a la gloria en 1982–83, ya en su madurez, a la vuelta de la experiencia europea. Fue volando, a comenzar a armar su carrera de entrenador. El ámbito fue el ideal. Ganó la Copa Libertadores y estuvo a un minuto de derrotar al Barcelona. Mostró carácter en febrero de este año, al pegar un portazo por la falta de respuesta de los dirigentes en la contratación de refuerzos.

La cuestión es que ahora está de nuevo entre nosotros. Está entre nosotros de verdad. Está en la Selección. Su mundo ya no está acotado a la camiseta roja y blanca a bastones, sino a otra con una mayor cantidad de seguidores, entre los que están incluidos, por supuesto, sus adorados Pinchas. Sabella –“Pachorra”– tiene un alto consenso, como la mayoría de los DT que se hacen cargo del equipo nacional en un momento complicado, después de una tormenta importante.

El jueves 18, el flamante técnico de la Selección dio a conocer dos listas de jugadores. La del medio local es para enfrentar la serie con Brasil (14 y 28 de septiembre, ex Copa Roca, llamada ahora “Supercopa de las Américas”) y tiene a Riquelme y a Verón como figuras excluyentes. El criterio parece ser la reunión de bloques de jugadores de un mismo equipo para facilitar el conocimiento y aceitar más rápido los movimientos básicos. De 24 jugadores citados, hay seis futbolistas de Vélez, seis de Estudiantes, cuatro de Racing, cuatro de Boca, dos de San Lorenzo, uno de Arsenal y uno de Lanús. Justamente, Arsenal y Lanús son los dos únicos cuadros que sólo tienen un jugador citado. Es una fórmula utilizada muchísimas veces a lo largo de la historia. El día del gol de Grillo a los ingleses en 1953, la delantera completa era de Independiente, por ejemplo. César Luis Menotti también pensó lo mismo. Para su debut del 12 de octubre de 1974 ante España pensó en un mix de Boca, Huracán e Independiente, los mejores equipos de ese momento. Finalmente, no pudo contar con los Rojos, porque debían jugar una final de Copa el día anterior. Esta idea de Sabella recorrió casi toda la historia misma del fútbol a través del tiempo.

En cuanto a la Selección de los de “afuera”, la nómina tiene 14 futbolistas que estuvieron en la lista de la Copa América. Quedaron excluidos jugadores importantes como Tevez, Zanetti, Cambiasso, Gago y los hermanos Milito, y regresaron Lucho González, Demichelis y Lisandro López, el delantero de Lyon. Ricky Alvarez fue convocado por primera vez.

Para abrir un juicio sobre la opinión de Sabella sobre Tevez habrá que esperar. Después de que Carlitos se quejara por su exclusión y su posición en la cancha antes del partido con Costa Rica, se archivó lo de “jugador del pueblo”. A diferencia de la previa de la Copa, ya no es pedido por el famoso y no siempre acertado “clamor popular”. Este podría ser un motivo de ausencia. El otro, es que Tevez viene de unas vacaciones, un regreso con exceso de peso, un paso por un spa para normalizar su físico y ahora está la espera de una oportunidad, después de su fallida salida del Manchester City. No está jugando y, seguramente, Sabella argumentará esto cuando se le pregunte por él. Habrá que ver si en el futuro vuelve el ex Boca y Corinthians o Alejandro toma con él la misma decisión que Batista no pudo resistir antes del torneo continental de Selecciones.

Así están las cosas. Sabella armó dos listas, dos selecciones, con dos horizontes definidos e inmediatos, pero con un solo objetivo: las Eliminatorias. Del mix de estas dos listas, tal vez salga el nuevo equipo. Ojalá que la paciencia sea la madre de todas las decisiones.

Sabella lo merece. La Selección argentina lo necesita.

(*) Columna publicada en la edición impresa del Diario Perfil

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