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“Mujeres con Pelotas”, el título del documental condensa la intensidad de la “lucha y la pasión” de las mujeres en la Argentina por el fútbol. Un país donde sólo los hombres parecen tener derecho a jugar y –principalmente- a progresar con un balón entre sus pies.
Ginger Gentile y Gabriel Balanovsky, los directores del documental -que está en cartelera- muestran con crudeza la vida y el esfuerzo del equipo de Las Aliadas, integrado por chicas de la Villa 31, que “con perseverancia y paciencia se ganan un espacio que no le era propio”.
“El foco que nos interesó es que había chicas que entrenaban en días que no podían usar la cancha, o lo hacían al costadito de la campo de juego o en cualquier lugar”, expresa Balanovsky.
Derribar mitos y exorcizar fantasmas que instala una sociedad regida por cientos de prejuicios. La misión de las mujeres al ingresar al verde césped machista y sorprender a sus propios detractores con caños, sombreros y rabonas asoma –por momentos- compleja. “El machismo no es un tema de hombres sino que es un tema social”, manifiesta Gentile, con conocimiento de causa. A los pocos segundos, sus palabras son rubricadas por su compañero, quien afirma que “en los relatos son las madres las que se opusieron a diferencia de los padres”.
Contrapunto entre Recondo y Víctor Hugo Morales. Las posturas divergentes alimentan la discusión. ¿Qué diferencia existe entre el fútbol masculino y el femenino? La línea divisoria se traza –de forma imaginaria- a través de los argumentos de estos periodistas deportivos.
“No se puede asemejar el fútbol masculino con el femenino por cuestiones genéticas”, sentencia Recondo. El contraste con Víctor Hugo salta a la vista cuando el relator sostiene: “En la calidad técnica y en el dominio del juego no hay diferencias”.
Toda lucha tiene su líder. En este caso es la figura de Mónica Santino, directora técnica desde hace veinte años, la que se erige –con sólo mostrar sus credenciales- como protagonista principal del documental. Es la motor espiritual de Las Aliadas, que participaron de la Homeless World Cup en Brasil, y una de las pioneras del fútbol femenino en el país.
Otras realidades. Más allá de la historia principal de Las Aliadas, el documental nutre su tesis principal valiéndose de otros impactantes testimonios como el de “La Zurda” que juega para Boca y cuenta el sinsabor que le produce que “todos piensan que tiene plata” y le preguntan por su auto. Sin embargo, la realidad siempre es un poco más dura: “Ella trabaja en un locutorio”, afirma Gentile.
“Las jugadoras de fútbol de River y Boca están agradecidas, pero mal porque no tiene comparación al lado de lo que recibe el fútbol profesional masculino”, comenta el director Balanovsky.
El sueño del club propio. Los directores no sólo se propusieron visibilizar un fenómeno creciente tapado por los fuertes intereses del fútbol masculino sino que buscan, a su vez, "conseguir sponsors" para el proyecto de Mónica Santino ya que logró la asociación civil para avanzar con la creación de un club social.
(*) Especial para 442
