viernes 29 de marzo del 2024

El caos que dejó la nube de gas pimienta

Hinchas, jugadores, cuerpo técnico y dirigentes: nadie salió inmune del papelón. El desconcierto de un club que se había preparado para ganar todo.

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El Panadero tiró la primera ficha y el efecto dominó hizo el resto. Una a una fueron quedando al descubierto muchas de las miserias que estaban enmascaradas detrás de la pelota. El episodio del gas pimienta fue, de alguna manera, revelador. Y tuvo las consecuencias de un terremoto: cuando el humo color ladrillo se disipó, asomaron los escombros. Hinchas, jugadores, dirigentes, cuerpo técnico, nadie quedó a salvo de los papelones en serie. Ese acto, en definitiva, expuso la desdicha del mundo Boca como no lo hubiera hecho ni la goleada más humillante. El club que se reforzó más y mejor que todos, que va primero e invicto en el torneo local, que definía el pase a cuartos de final de la Libertadores en su cancha, quedó a la deriva. Aquel Titanic soberbio e invulnerable ahora hace agua por todos lados.

Caída libre. En el entretiempo del superclásico copero, Daniel Angelici era presidente de Boca muy bien perfilado para ser reelegido, en diciembre, vicepresidente segundo de la AFA y ya estaba designado para que asumiera en breve como secretario general de la Conmebol. Pero la irrupción del Panadero con el gas pimienta en la manga de los jugadores de River pudo más que cualquier operación política.

El futuro dirigencial de Angelici se empezó a recortar a partir del escándalo. Cinco días después, avisó que renunciaba a la vicepresidencia de la AFA y que sólo andará por la calle Viamonte como representante de Boca. También anunció que iba a rechazar el cargo en la Conmebol que le habían prometido. Y por último confirmó que tenía pensado terminar su mandato en el club pero que quería evaluar si se postulaba a las elecciones de fin de año. De los espacios políticos que ocupaba, sólo le quedó el sillón xeneize.

—No quiero ser parte de un sistema que no funciona –argumentó Angelici sin más detalles. Y se quedó afuera de casi todo.

El plantel de Boca también quedó mal parado a partir del episodio pimentero. La imagen de los jugadores firmes en sus puestos para jugar el segundo tiempo mientras sus colegas de River sufrían las consecuencias del fluido tóxico fue lamentable. El saludo a la barra brava antes de retirarse por la suspensión del partido califica como papelón histórico. Y los referentes del grupo, Agustín Orion y Cata Díaz, el capitán, quedaron expuestos como líderes negativos. El arquero, además, tiene en el banco de suplentes a Guillermo Sara, que pide pista y es uno de los preferidos de los hinchas.

Como si las desprolijidades de los referentes no alcanzaran, el fallo de la Conmebol que le dio por perdido el partido a Boca y lo dejó afuera de la Copa provocó la reacción de otros protagonistas, que embarraron aun más la cancha. Dos horas después de conocida la sentencia, Daniel Osvaldo, la estrella del equipo, usó la red social Twitter para acusar: “Y la ilusion de mi sobrino también se la robaron 5 gordos de traje en un escritorio. ¡Mafiosos! ¡Aguante Boca, caretas!”.

A la vehemencia de Osvaldo se sumó la del entrenador. En medio del caos en la Bombonera, el Vasco Arruabarrena se mostró moderado y sólo se enfureció cuando el presidente de River, Rodolfo D’Onofrio, entró al campo de juego. Pero casi una semana después, con Boca afuera de la Copa, estalló.

—El fallo de la Conmebol es injusto. Para mí, los partidos se ganan y se pierden en la cancha. Me llamó la atención la actitud de River de ir a reclamar los puntos en el escritorio. River sacó provecho de una situación desagradable –dijo el miércoles en una conferencia de prensa. Pero no fue lo único. Se animó a más, y sin ruborizarse.

—Los jugadores de River sufrieron agresiones y está bien que se suspendiera en ese momento, pero se tendría que haber jugado cuando estuvieran recuperados. No pensé que River tenía esos valores.

Sobre llovido. El bochorno en continuado también cotiza en dólares. La seguidilla de desprolijidades que desencadenó el gas pimienta no se agota en las reacciones de los protagonistas. La consecuencia para Boca también es económica. Y duele. Por haber quedado eliminado de la Libertadores pierde de ganar entre 2 y 7 millones de dólares, según la instancia a la que hubiese llegado. A eso, claro, habría que sumarle los 200 mil de multa que le impuso la Conmebol.

Si Boca le daba vuelta el resultado a River y se clasificaba a cuartos de final, hubiese cobrado 650 mil dólares de la Conmebol y se hubiese asegurado por lo menos un partido de local, con una recaudación que supera el millón de dólares. En caso de que hubiese llegado a la final, los números son más tentadores: 3.650.000 de la Conmebol y tres recaudaciones que hubiesen sumado más de tres millones.

El episodio del jueves 14 desnudó las miserias de dirigentes, jugadores, cuerpo técnico e hinchas. Nadie se salva del repudio. Lo más curioso es que semejante caos hundió a un equipo que fue armado para ganar todo y que dentro de la cancha rindió.

El Boca modelo 2015 sólo sufrió una derrota, contra River en el Monumental. En la primera fase de la Copa ganó los seis partidos y en el torneo local va invicto. Así y todo, quedó envuelto en el escándalo. El gas pimienta lo delató.

(*) Esta nota fue publicada en la edición impresa del Diario PERFIL.