martes 16 de abril del 2024

De aquel Apache a este Tevez

Desde que volvió a Boca expuso una nueva versión: interviene en decisiones del club, maneja su prensa y reparte consejos entre compañeros. El marketing del “jugador del pueblo”.

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Era uno de los primeros días del esperado regreso. Se sentó en el comedor del club y se detuvo a observar. Sólo observaba. Todavía no había decidido qué menú iba a elegir. De repente, a su lado se sentaron dos de las estrellas de un plantel que necesitaba recuperarse del golpe que significaba la eliminación con River en la Libertadores. Para su sorpresa vio cómo uno de ellos se preparaba para comer media docena de empanadas, y el otro, otras tantas. Carlos Tevez se levantó son su plato vacío y se dirigió directamente a la oficina de nutrición del club para preguntarle a la responsable cuál era su función específica con el plantel profesional. Y le sugirió que siga personalmente la dieta de cada jugador. Ese fue uno de los primeros síntomas: el Tevez que llegó a Boca no tenía nada que ver con el que se había ido diez años antes.

Desde que volvió a Boca, Tevez interviene en todas las decisiones determinantes del club.

“Es un profesional las 24 horas”. Así define al Apache uno de los allegados que más acompañó el cambio de hábitos de un futbolista que se fue siendo Carlitos y que volvió siendo Tevez. El principal responsable de la casi segura consagración de Boca es un todoterreno. Después de la pobre Copa América que tuvo en 2011 con Argentina, en la que llegó a jugar con ocho kilos de sobrepeso, el delantero sabía que debía cambiar. En el Manchester City acomodó las ideas y en Italia terminó de afinar el peso con una dieta que no le permite comer harinas ni gaseosas, y que tiene un único permitido: el asado. Eso hizo, además, que las lesiones sean más esporádicas y lo relanzó al primer nivel mundial en Juventus.

El yo completo. Desde que volvió a Boca, Tevez interviene en todas las decisiones determinantes del club. Su idea es incrementar su importancia a medida que vaya conociendo los métodos de trabajo de cada departamento. Apenas aterrizó se juntó con cada uno de los gerentes para sugerirles mejoras. El cambio de césped de la Bombonera fue el más notorio. En el plantel del líder del torneo, Tevez es el único que maneja la prensa por su lado. Para la próxima pretemporada de Boca el 10 juega un papel importante para que el lugar elegido fuera Cardales. Le aconsejó a Gago que saliera a hablar con la prensa porque creía que lo criticaban de más por su silencio. Y a un par de compañeros les sugirió que bajaran de peso.

La figura publicitaria. La imagen de Tevez colmará las pantallas en los próximos días, cuando aparezcan dos comerciales que firmó con La Serenísima y con Pepsi. Para estas empresas, él representa su imagen y no Boca. Porque a la hora de complacer a los sponsors del club, como por ejemplo Citroën, van jugadores como Calleri y Lodeiro. Pero su marco empresarial nació desde que apareció en los grandes escenarios. En 2008 se transformó en el primer futbolista argentino en tener su primera línea de ropa, cuando junto a Nike sacó TVZ.

Dentro de su profesionalismo más absoluto hay detalles del Carlitos de Fuerte Apache que lo siguen mostrando de cuerpo entero. Para Tevez la palabra tiene el mismo valor que una firma y por eso con Adrián Rouco no tiene contrato firmado. ¿Quién es Ruocco? El que le maneja todo desde que se fue a Brasil, su hombre de máxima confianza. Es su amigo y los millones de dólares que ya manejaron entre los dos no rompieron ese lazo de barrio. Con los amigos de toda la vida se junta dos o tres veces por semana y ahí la estrella no existe.

Tevez vivió mucho allá, pero fue siempre de acá. Por eso nunca se compró una casa en el exterior. Recién cuando regresó hace tres meses decidió empezar a construir su casa propia en un country.

Ese Carlitos que elegía la ropa de marca o extravagante como la que vistió cuando fue a visitar a Susana Giménez en 2010 ya quedó atrás. Tampoco ese chico de barrio que llegó a recibir un premio en Miami con un pescador blanco y una remera negra, vestimenta que hizo enfurecer a Mauricio Macri, por entonces presidente de Boca. Hoy es discreto, no importa si su ropa es de marca o no. Lo que menos quiere es llamar la atención. Es un Tevez distinto. Completamente distinto.

Esta nota fue publicada en la Edición Impresa del Diario Perfil.