Daniel Angelici contra Hugo Moyano. Marcelo Tinelli contra Angelici. Moyano contra Tinelli. Luis Segura contra nadie (o contra todos). Explicar la interna que fracturó a la Asociación del Fútbol Argentino (AFA) en mil pedazos durante estos meses se tornó prácticamente imposible. Cada día, a cada hora, el tablero de alianzas y enfrentamientos se modifica de acuerdo a las coyunturas.
Para complejizar un poco más la cuestión, esta semana hubo más focos de conflicto que en todo el último mes: la Inspección General de Justicia intervino a la entidad, Marcelo Tinelli renunció a su candidatura, y los presidentes de los clubes grandes –menos el de Independiente– amenazaron con renunciar al Comité Ejecutivo.
El principal artífice de todas esas novedades fue el titular de Boca, Daniel Angelici, el emisario que tiene el gobierno de Mauricio Macri para influir en las decisiones de la AFA. Fue Angelici el que promocionó la intervención administrativa, y el que le declaró la guerra al grupo de clubes que lideran Hugo Moyano y Claudio Chiqui Tapia.
También el que se acopló al plan para fortalecer el proyecto de la Superliga y dejar a Segura virtualmente solo: aunque todavía no se formalizó ninguna renuncia (de hecho, Víctor Blanco viajó anoche a Estados Unidos en su carácter de secretario de Selecciones), el presidente de la AFA sabe que el último tramo de su interinato será sin ningún grande a su alrededor.
La pregunta, entonces, es cómo podrán convivir dos personas que hasta hace unos meses se declaraban enemigas. Angelici no apoyó a Tinelli en aquella insólita elección en la que hubo más votos que votantes, pero ahora camina junto al conductor televisivo para crear un torneo autónomo, en el que los clubes que lo integran negociarán nuevos derechos de televisión y administrarán sus propios recursos económicos.
Tinelli aún recuerda cómo actuó Angelici –y el macrismo en general– para forzar aquel surrealista empate 38 a 38. Los dirigentes que rodean al conductor aseguran que dos semanas antes de la votación, cuando todavía no se había realizado el ballottage que convertiría a Macri en presidente de la Argentina, el espacio tinellista tenía una clara ventaja sobre Segura, pero el lobby de Angelici y otros funcionarios del actual gobierno forzó la paridad entre uno y otro candidato. El recelo por eso sigue vigente hoy.
Doble frente. Hace dos semanas, cuando el 'moyanismo' y el 'tinellismo' habían pactado un reparto de poder, que consistía en apuntalar a Tapia para la presidencia de la AFA y a Tinelli para la Superliga, Angelici fue taxativo: “Es inaceptable, sería un toma y daca. Algo que tendríamos que empezar bien, lo arrancaríamos de la peor manera. Esto es una discusión de muchos clubes, no un acuerdo de dos”.
Ahora, Angelici está del mismo lado que Tinelli: ambos estarán en la presentación de la Superliga, el 21 de este mes. Los dos mantienen una guerra fría, muy distinta a la que libra el presidente de Boca contra Moyano y Tapia por orden del gobierno nacional, que estaría dispuesto a intervenir totalmente a la AFA –con el riesgo de que la FIFA la desafilie– con tal de que el sindicalista no tome las riendas de Viamonte 1366.
“Así como nosotros no ponemos ministros, ellos tampoco van a poner al nuevo presidente de la AFA”, le dijo a PERFIL uno de los dirigentes del moyanismo.
El nuevo capítulo de esa puja podría recrudecerse la próxima semana, cuando lleguen a Buenos Aires los veedores que la FIFA envió para estudiar la crisis de la AFA, una carta a la que apostó el gobierno cuando envió al coordinador del Fútbol para Todos, Fernando Marín, a hablar con Gianni Infantino en Suiza.
(*) Nota publicada en la Edición Impresa del Diario Perfil.
