viernes 29 de marzo del 2024

Corrupción de mayores: el robo de juveniles

Los clubes grandes seducen a los jugadores de los chicos y los de Europa seducen a todos. Sin legalidad ni ética, el mercado se rompe y se corrompe.

442

Se llaman veedores. Trabajan para clubes de Argentina y también para los de Europa. Y lo que hacen, básicamente, es “marcar” jugadores para iniciar una cadena que año tras año se intensifica y se vuelve más conflictiva: los clubes de afuera se aprovechan de los grandes, y los grandes se aprovechan de los chicos.

Así, las divisiones inferiores de nuestro fútbol quedan bajo la premisa de la ley de la selva. Mandan los que tienen más poder.

“Vienen los fines de semana, en los días de partido, que es cuando más gente hay. Para nosotros, como para cualquier club, es imposible identificarlos. Y después venden esa información”, le cuenta a PERFIL el presidente de Argentinos Juniors, Cristian Malaspina, que describe así la tarea de los veedores. A veces, ese trabajo está oficializado. Muchas veces, no.

Argentinos denunció a River el mes pasado por intentar robarle al menos cuatro jugadores juveniles: Alexis Mac Allister, uno de los hijos del actual secretario de Deportes de la Nación; Cristian Gentile; Dardo Torres y Evelio Cardozo, que dejó de practicar en La Paternal.

Malaspina dice que antes de denunciar públicamente la situación, River ofreció medio millón de dólares por 16 futbolistas, y que Argentinos rechazó la oferta porque significaba desguazar la estructura juvenil de un club que es mundialmente conocido por eso: por formar jugadores.

Luego de esa negativa, River empezó a llamarlos uno a uno para intentar convencer a los chicos y a sus familias. Esa lista, la de 16 chicos, la había confeccionado un grupo de veedores contratado por el club de Núñez.

El robo de juveniles se da, por lo general, cuando los clubes atraviesan crisis económicas. Ante la desesperación por contar con efectivo y emparchar la tesorería, aceptan ofertas por paquetes que en otros escenarios no aceptarían.

Malaspina relata, como para sostener la idea, que San Lorenzo se llevó a cinco juveniles a finales de 2015, cuando Argentinos estaba en una virtual acefalía, con la gestión Segura en los últimos días de mandato.

Cadena de valores. Si los veedores son el primer eslabón del engranaje, los representantes son el más sensible. Todos los dirigentes se quejan de que hoy en día casi todos los chicos de inferiores tienen un agente.

“En el interior, el ambiente no está tan enviciado con representantes. En Buenos Aires le dan un celular, 3 mil pesos al pibe, le consiguen trabajo al padre y algunos hasta le dan un auto. Sería preferible que le aportaran educación, valores, un nutricionista o que le pagaran una mutual”, explica Carlos Ranalli, director del fútbol infantojuvenil de Talleres de Córdoba. Ranalli trabajó dos años en Lanús y observa, día a día, las diferencias entre lo que sucede en Buenos Aires y en las demás provincias.

De hecho, en los tres clubes más importantes de Córdoba –Talleres, Belgrano e Instituto– son muy rigurosos con la entrada de los representantes a los entrenamientos. También con la filmación de los partidos: no dejan grabar los encuentros sin autorización. Hay razones de sobra para hacerlo.

Durante el verano pasado, por ejemplo, cinco jugadores de la Liga Cordobesa fueron estafados por Andrés Fernández, un supuesto representante que los hizo viajar a México para probarse en clubes de Cancún, algo que nunca se concretó.

“Lo que siempre les digo es que no se apuren a firmar. Hay chicos que firman con un representante por cinco años. En definitiva, no van a sacar ninguna ventaja, al menos en Talleres”, dice Ranalli.

Robo de sueños. En Vélez saben que hubo un representante –incluso varios– que facilitó la salida de Benjamín Garré del club. Con apenas 16 años, Garré se fue de Vélez a Manchester City “detrás de un sueño”. Antes de eso había tramitado el pasaporte italiano, y había tenido dos pruebas pero en el otro club de Manchester, el United.

Pero lo que a Garré le parece un “sueño”, como describió en Facebook cuando se fue de Liniers, al vicepresidente de Vélez, Guillermo Pizzoglio, le parece “un robo”.

Pizzoglio le explica a PERFIL que el club denunció a FIFA, AFA, la Federación Inglesa y al City. Y que dieron difusión del caso en todos los diarios del mundo. El City ya envió una propuesta de resarcimiento económico que Vélez considera inaceptable.

El Tribunal de Arbitraje Deportivo (TAS) tendrá que fallar en los próximos meses. “Aunque si en la mejor época de Grondona no nos defendieron bien, ahora, que no hay nadie que nos defienda, imagínese que las expectativas no son las mejores”, dice Pizzoglio. La crisis de la AFA, aunque pocos lo advierten, también se nota en estos litigios internacionales.

El caso Coloccini. En 2000, cuando Fabricio Coloccini se fue de Boca al Milan siguiendo a su padre, Osvaldo, ex jugador, se generó un gran debate en torno a los límites de la patria potestad. Coloccini tenía 17 años, un partido oficial con la camiseta xeneize y un gol, contra Unión en Santa Fe. Pero el defensor se fue siguiendo a su familia.

Su historia es una pequeña síntesis de lo que sucede en la actualidad: cuando tenía 13 años, pasó de Argentinos a Boca junto a otros ocho jugadores. Cuatro años después, partió de Boca hacia Europa.

“Nosotros reclamábamos que le hicieran un contrato. En ese momento le pedíamos 800 pesos por mes y 30 mil por año. Boca no quiso”, dice hoy Osvaldo. El presidente en ese entonces era Mauricio Macri. “Tomé la decisión de llevarlo porque la mamá de Fabricio se había enfermado, y fuimos a Milán porque allí estaba el hospital oncológico más importante de Europa”, cuenta.

Finalmente, Boca recibió un resarcimiento. “Cuando a la familia le dan una vida diferente, con una casa, un auto, pasan estas cosas. Lo bueno sería que todos los clubes pudieran hacerlo”, remarca el padre del jugador.

* Nota publicada en el Diario Perfil.

En esta Nota