martes 16 de abril del 2024

Veinte años sin Ayrton Senna, el último héroe de la Fórmula 1

A dos décadas de una muerte televisada vía satélite, el recuerdo de uno de los mejores automovilistas de la historia. Galería de Imágenes Galería de fotosGalería de fotos

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El Primero de mayo de 1994, uno de los más grandes automovilistas de la historia se convertía en leyenda al morir en su ley. La notoria falla en la dirección de su Williams-Renault habría hecho abandonar la competencia a cualquiera, pero él prefirió luchar contra un volante que subía y bajaba por la fatiga de los metales, antes que dejar pasar la oportunidad de ganar. 

Ayrton da Silva Senna nació un 21 de marzo de 1960 en San Pablo, Brasil. Cuatro años más tarde, su padre le construiría un karting con el cual empezaría a despuntar su magia en los circuitos. A los 8 años ya competía con contrincantes mucho mayores y a los 13 debutó oficialmente y para cuando cumplió 17 años, ya era campón paulista, sudamericano y subcampeón del mundo. 

Senna recordaba aquellos años como "los más placenteros" de su carrera automovilística. De hecho, llegó a confesar que muchas de las genialidades que se veían en los Grand Prix de la máxima categoría, eran mañas que traía de su época de corredor de kartings.

Obsesivo, se caracterizó por ser un experto al volante en condiciones extremas. Manejar a increíbles velocidades bajo la lluvia no fue algo nato: fueron semanas de disciplina hasta adquirir la técnica...arriba de un karting.

Con 21 años cumplidos, Ayrton empezó a competir en la Fórmula Ford 1600 de Inglaterra, donde ganó el Townsend-Thoreson y el Campeonato RAC. A pesar de sus notorias cualidades, la falta de patrocinantes que le permitieran ingresar a la Fórmula 1 lo devolvió a Brasil. El abandono del automovilismo duró poco, dado que pronto volvió a Inglaterra con 10 mil libras para adquirir un Fórmula Ford 2000 que le permitió competir en dicha categoría. Mal no le fue: ese mismo año ganó el torneo británico y el europeo. 

En 1983 tuvo la oportunidad de competir en Fórmula 3. Otra vez salió campeón. Tamaño desempeño llamó la atención de varias escuderías de la Fórmula 1 y se convirtió en tester de los equipos Brabhams, Williams y McLaren, aunque no consiguió competir con ninguno de ellos. La oportunidad para ingresar a la máxima categoría del automovilismo le llegó de parte del equipo Toleman.

Vueltas de la vida, con 24 años Ayrton debutó en la Fórmula 1 en el Grand Prix de Río de Janeiro y en su segunda carrera ya sumó su primer punto. Pero si Senna quería llamar la atención, lo lograría en su juego.

El 3 de junio de 1984, Mónaco amaneció con lluvia. Alain Prost largó desde la Pole, mientras que Ayrton Senna lo hizo desde el puesto número 13 de la grilla. Como si fuera un niño a bordo de un karting en San Pablo, sobrepasó a sus contrincantes como postes caídos: décimo en la primera vuelta, noveno en la segunda, octavo en la tercera, séptimo en la séptima, sexto en la novena, y así hasta llegar al segundo puesto en la vuelta número 19. El primer puesto lo ostentaba, cómodo, Prost, quien tenía una ventaja de veinte segundo por sobre Senna. Doce vueltas después, las autoridades deciden dar por concluída la competencia por el clima: Senna terminó en el puesto número dos...a siete segundos de Prost, quien se convertiría en su máximo rival de su carrera.

A pesar de lograr lo imposible con un equipo pequeño -3 podios en un año en el que finalizó noveno- los primeros triunfos llegarían al cambiarse al equipo Lotus.

En el segundo Grand Prix de la temporada de 1985, Senna logra la primera de las 65 Pole Positions de su carrera. El 21 de abril, en Portugal, con una lluvia imposible, el brasilero supo canjear su Pole por un triunfo. Ayrton hizo fácil lo difícil: en asfalto mojado, le sacó más de un minuto de diferencia a la Ferrari de Michele Alboreto.

Durante los años siguientes, Senna se hizo famoso como el piloto más rápido de las clasificaciones, obteniendo más Poles que los propios campeones. Y si bien estuvo cerca de ganar el campeonato de 1987, su gran oportunidad llegaría al año siguiente.

En 1988, el brasilero se sumó al equipo McLaren-Honda como segundo piloto y contando con el beneplácito del primero, Alain Prost, quien al poco tiempo se arrepentiría de dicha aprobación y, mucho más tarde, lo confesaría públicamente.

La competencia entre Prost y Senna fue descomunal, a pesar de pertenecer al mismo equipo. Aquella temporada, Prost ganó siete Grand Prix. Pero el brasileño ganó uno más, incluyendo la histórica seguidilla de cuatro competencias al hilo.

El 25 de septiembre de 1988, en Suzuka, Japón, Senna largaba desde el primer puesto en una carrera que podría darle su primer campeonato. Pero en cuanto las luces se pusieron en verde, el motor se detuvo. Senna aprovechó la pendiente, logró arrancar el Honda y retomó la competencia, pero desde el puesto catorce. Sin embargo, Senna entraría ese día a las páginas de la historia grande de la Fórmula 1. En la segunda vuelta ya era sexto y para el undécimo giro ya estaba tercero. Entonces alguien le dio a Senna la ayuda que le faltaba: comenzó a llover. Ayrton hizo lo suyo y llegó al primer puesto superando a su compañero de equipo y haciéndose con el título, el primero de su carrera, una fecha antes de que finalizara la competencia.

Prost no se tomó muy bien que el segundo piloto de su equipo le arrebatara el título. La pelea en la temporada de 1989 sería sin cuarteles y se notó en las pistas, con encerradas, toques y un choque brutal entre ellos en el Gran Premio de Japón, en el que Senna ganó, para luego ser descalificado, multado y suspendido. Finalmente, luego de ganar el título, Prost partiría hacia el equipo Ferrari. Senna le haría la vida imposible dentro de la pista.

En la temporada de 1990, Senna ganó el título con seis victorias y una jugada sucia y justiciera. Nuevamente en el Gran Premio de Suzuka, Senna se hizo con la Pole Position, seguido de Prost. Sin embargo, al momento de disponer la parrilla, a Senna le dieron el lado derecho de la pista y a Prost el que le correspondía a Senna. Ayrton, absolutamente enajenado, tocó a Prost a más de 250 kilómetros por hora y ambos se despistaron, quedando fuera de competencia. Sin embargo, a Senna le alcanzaba para ser campeón.

Para 1991, el brasileño ya era un ícono indiscutido y un héroe en su país. El campeón inició la temporada con cuatro Poles y cuatro victorias. Terminaría el año renovando su corona con siete primeros puestos. El retador de aquel año no fue Prost, que se vio víctima del pésimo desempeño de Ferrari, sino el británico Niguel Mansell, quien con cinco victorias amenazó el bicampeonato del paulista.

Luego de dos temporadas sin ganar el campeonato, con algunos momentos memorables como el Gran Premio de Europa, donde Senna corrió bajo la lluvia sin cambio de neumáticos y doblando de sus principales contrincantes, finamente abandona el equipo McLaren para sumarse al Williams-Renault, donde competía Alain Prost, quien prefirió retirarse.

Aquella fatídica temporada fue el peor inicio de Ayrton Senna. No estaba conforme con su Renault y no paraba de comentar que tenía problemas de conducción. No logró sumar puntos y abandonó en las primeras dos carreras.

La tercer parada sería el Gran Premio de San Marino. En la sesión del viernes, 29 de abril, Rubens Barrichello sufrió un accidente en el que salvó su vida de milagro, luego de varios tumbos con su Jordan que lo dejaron con un brazo enyesado. El sábado 30 de abril, el novato  Roland Ratzenberger moría en el hospital, luego de chocar con su Simtek a 306 kilómetros por hora contra el hormigón de la curva "Villeneuve".

A pesar de haber obtenido la Pole Position, Senna estaba intranquilo por los hechos de los días previos y por un detalle que no le parecía correcto: la velocidad del coche de seguridad no era lo suficientemente alta como para mantener la temperatura de los neumáticos. 

La racha negativa del Grand Prix continuó con una accidentada largada en la que Pedro Lamy impactó de lleno contra el Benethon de Jyrki Järvilehto. Si bien salieron ilesos, las partes destrozadas de ambos vehículos traspasaron las vayas de contención y enviaron a una decena de espectadores al hospital. Una vez retirado el coche de seguridad, se reanudó la competencia.

En la segunda vuelta, Senna lideraba la competencia, seguido de Michael Shumacher, cuando Ayrton se queda con el volante en sus manos por la rotura de la barra de dirección. Se aproximaba la curva "Tamburello", donde se despistó a más 300 kilómetros por hora, impactando contra la barrera de hormigón. Bandera roja. Carrera detenida.

Senna fue trasladado en helicóptero al Hospital Maggiore, donde a las 18:40 horas anunciaron su muerte, provocada por una varilla de la suspensión que le perforó el casco y fracturó el cráneo, provocándole pérdida de masa encefálica. A nadie le importó que la carrera la ganara Michael Schumacher.

Aquel primero de mayo de 1994 se apagaba la vida de uno de los pilotos más deslumbrantes, temerarios, ágiles y cabrones que haya visto la Fórmula 1. Un personaje tan increíble que hacía posible lo imposible, incluso, que miles de argentinos llevaran la firma de brasilero en sus coches. Tras de sí dejaba un legado de 65 Poles Positions, 80 Podios y 41 victorias. Pero quizás, la mayor de las herencias que dejó quedó en la retina de quienes vimos esas maniobras imposibles de un tipo que corría en Fórmula 1 como si fuera un niño a bordo de un karting.

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