Dejó el fútbol para donarle el hígado a su sobrino

La atención de los medios nacionales e internacionales que Alejandro Benítez nunca pudo lograr a través del fútbol, lo consiguió con un conmovedor gesto de amor hacia su sobrino de nueve meses al donarle parte de su hígado para salvarle la vida, aunque esta decisión le costara su carrera como jugador profesional.

Milo, de apenas nueve meses, tenía una malformación biliar que le ocasionó una obstrucción en los conductos que transportan la bilis desde el hígado hasta la vesícula y esta situación había generado complicaciones que pusieron en riesgo su vida. Luego de intentar con diversos tratamientos, los médicos decidieron que la única opción que quedaba era el trasplante.

"Era la opción que teníamos o entrar en la lista de espera del INCUCAI. Desde un primer momento dije 'voy a ser yo' y no me importó más nada el fútbol. A mí sólo me importaba la salud del nene, verle la carita de sufrimiento me partía el alma. Gracias a Dios, ahora es otra historia", cuenta Lulo orgulloso de su decisión.

"Verlo después de la cirugía, entré a terapia y le canté una canción, abrió los ojos y me sonrió. Fue lo mejor que me pasó en la vida", relata con emoción.

Alejandro Benítez ya no podrá ser el héroe dentro de un campo de juego, donde tantas veces hizo gozar a sus vecinos y simpatizantes de Central Larroque de Entre Ríos con sus goles. Pero ahora su historia es conocida en todo el país por futboleros y no tanto que se conmueven con un enorme gesto de amor.