Media hora antes del inicio del partido -previsto para las 18.00 (12.00 de la Argentina)- las luces se encendieron en el estadio Luzhniki de Moscú y un espectáculo musical de la mano de Robbie Williams y la aclamada soprano rusa Aida Garifullina tuvo lugar en la pista.
La fiesta inaugural del Mundial de Rusia 2018 comenzó sin grandes ostentaciones pero con el plato fuerte de la actuación del cantante inglés.
Williams y Garifullina fueron las dos atracciones de una ceremonia con un marcado tono musical, a diferencia de otras fiestas inaugurales, más inclinadas a grandes coreografías. No obstante, el show fue menos espectacular y más austera de lo que se había esperado.
Antes de que comenzara la ceremonia, el arquero Iker Casillas, capitán de la selección española que ganó el Mundial en 2010, se encargó de llevar el trofeo al césped del estadio Luzhniki. Lo hizo junto a la modelo rusa Natalia Vodianova