La checa Petra Kvitova no lo puede creer. No reacciona. Apenas terminó de jugar la final de Wimbledon, ni bien cerró el 6-3 y 6-4 frente a María Sharapova, se arrodilló y puso sus manos en el rostro. Claro, a los 21 años se quedó con un Grand Slam, su primer Grand Slam, luego de vencer a una jugadora que fue señalada como favorita a quedarse con el título en un torneo en el que las grandes, las primeras del ranking, se despidieron muy pronto.
Kvitova se dio a conocer el año pasado al llegar a las semifinales de la prueba sobre el cesped inglés y confirmó este año su buen momento con tres títulos en Brisbane, Paris-Coubertin y Madrid.
La checa nació el 8 de marzo de 1990 Bilovec, República Checa. Con 1,83 metros y 70 kilos, sorprendió con su zurda y su revés con ambas manos. Profesional desde 2006, a partir del próximo lunes se convertirá en la número siete del mundo según el ranking WTA.
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