Es el cerebro, el verdadero poder. Los que conocen bien la cocina de la barra de Boca no dudan en señalarlo como el auténtico líder. Maximiliano Mazzaro es la cara no visible de la conducción. Perfil bajo y de altos contactos políticos, el Pela –así le dicen– es la bandera de los que llevan las banderas. “Es el que manda, el que maneja todo; Mauro es el que se expone, porque Maxi lo decide así”, le señala a PERFIL un allegado a Rafael Di Zeo.
Mazzaro tiene 33 años y no negocia: quiere que su amigo siga en el centro de la escena; él prefiere correrse del foco y los flashes; no es barra fashion.
Su geografía coincide con la de El Abuelo, a quien admiraba. “Siempre quise ser como él”, dijo. Como José Barritta, el supuesto dos deLa Docees de la zona de San Justo. Su anclaje con ese punto del conurbano también se remite a su pasado como ex integrante de la barra brava de Almirante Brown, equipo dela B Nacional.Ahora, en Boca, Mazzaro comanda al grupo del Oeste.
Quien apuntala a Mauro Martín es el encargado de blindar a la barra de inmunidad. El año pasado, el comisario Eduardo Meta fue procesado por el presunto cobro de sobornos. Richard Laluz acusó a Mazzaro de haberle pagado diez mil pesos a personal policial para evitar ser detenido. Según probaron la jueza Palmaghini y la fiscal Calleja, “la entrega dineraria se produjo en dos partes, de seis mil y cuatro mil pesos respectivamente”. Lo hizo el cerebro, el poderoso, el que prefiere seguir operando al costado de Mauro Martín.