Si algo caracteriza a Jürgen Klopp es la pasión con la que ejerce la profesión. Su temperamento, su sinceridad y verborragia a la hora de declarar y sus reacciones al borde de la línea de cal hicieron de este alemán una versión menos arrogante de José Mourinho. Así fue que se autodenominó The Normal One, ante la insistencia de la prensa inglesa en compararlo con el portugués ni bien llegó al Reino Unido para asumir en Liverpool.
Desde que llegó al conjunto Red, Klopp impuso su fútbol "A todo gas" -como llama a su filosofía deportiva- en la que todos los jugadores tienen que derrochar vitalidad y disputar cada pelota como si fuera la última del encuentro. Es mejor "dar cinco veces en el palo que quedarnos cuatro veces sin tirar a la portería. Mejor perder", declaró cuando todavía era técnico del Borussia Dortmund.
Así fue como, en Anfield Road y por la fecha 21 de la Premier League, los hinchas del Arsenal y el conjunto de la ciudad beatle fueron espectadores de un encuentro no apto para cardíacos.
El Arsenal logró sobreponerse en dos oportunidades a la desventaja que planteó el doblete del brasileño Roberto Firmino y hasta logró darlo vuelta con goles de Aaron Ramsey (en el que esperemos no sea el preludio de la muerte de otro famoso) y Olivier Giroud en dos ocasiones. Sin embargo, el equipo dirigido por Arsene Wenger no supo aguantar la diferencia y, en el último minuto, una volea dentro del área de Joe Allen decretó el agónico empate y desató la locura del Normal One.
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