A los 43 años, sobre el final de su carrera, a Néstor Pitana se le presenta la gran oportunidad de su carrera como árbitro: dirigir una final del mundo.
Doce años atrás, su compatriota Horacio Elizondo alcanzó la misma distinción. El Francia-Italia disputado en el Estadio Olímpico de Berlín fue el broche de oro para la trayectoria del último gran árbitro del fútbol argentino. Aquel partido, sin embargo, trascendió su biografía deportiva.
"Recuerdo un montón de cosas de los 5 partidos que dirigí, pero todavía no me senté a ver el partido por partido para ver qué hice y cómo lo hice. Y qué me traerá ese recuerdo", le contó Elizondo al diario La Nación en una entrevista registrada durante Rusia 2018.
La inolvidable expulsión a Zinedine Zidane cambió la vida del árbitro. Elizondo dirigió su último partido seis meses más tarde, Boca-Lanús por la última fecha del Apertura 2006 que derivó en un desempate entre el equipo de La Volpe y el Estudiantes del Cholo Simeone.
"Recuerdo un montón de cosas de los 5 partidos que dirigí, pero todavía no me senté a ver el partido por partido para ver qué hice y cómo lo hice. Y qué me traerá ese recuerdo", contó en la citada entrevista con ese diario argentino.
El domingo, en el Estadio Olímpico de Luzhniki, Pitana dirigirá su noveno partido en Copas del Mundo (arbitró en cuatro de Brasil 2014 y en cinco de Rusia 2018). Se ubicará a dos del uzbeko Ravshan Irmatov, quien acumuló once presencias mundialistas.