A modo de previa de la final de la Copa Libertadores, Mauricio Macri organizó su propio Superclásico en la quinta de Olivos. El presidente invitó a ex futbolistas de River y Boca a jugar un picadito junto a miembros de su gabinete. Después comieron un asado.
Por pedido de Macri, no se jugó con camisetas de los finalistas de América. Los invitados vistieron la de la Selección argentina. Por un lado, el equipo del presidente, con la tradicional celeste y blanca. Enfrente, los que jugaron con la azul alternativa del equipo nacional.
Entre los presentes hubo mayoría de Boca. Raúl Cascini, Chipi Barijho, Aníbal Matellán, Césa La Paglia, Mauricio Serna, Ariel Carreño, Jorge Martínez (también jugó en River), Marcelo Delgado y el Pepe Basualdo, entre otros. Por el lado del Millonario dijeron presentes Néstor Gorosito, Roberto Ayala y Roberto Trotta.
También hubo varios funcionarios. Entre ellos Marcos Peña, Rogelio Frigerio, Waldo Wolff, Andrés Ibarra, Fernando De Andreis y Darío Santilli.
Otro de los asistentes fue Christian Gribaudo, secretario general de Boca. Su presencia no es casual. Gribaudo es el elegido por Daniel Angelici para competir en las próximas elecciones del club, en diciembre de 2019.
Macri sigue de cerca la vida institucional del club de sus amores. Versiones anteriores indicaban que el presidente no veía con buenos ojos el nombre de Gribaudo. Que en su lugar pensaba incluir otros candidatos que hoy no forman parte del día a día de Boca.
El partido terminó 5 a 3 en favor del equipo de Macri.