El día que Prat Gay llevó al FMI a la Bombonera

Con tal de destrabar una negociación empantanada con millones de dólares en juego, cualquier artilugio es bienvenido y así lo relató Alfonso Prat Gay al recordar una vieja anécdota del día que llevó a emisarios del Fondo Monetario Internacional a la Bombonera y esa acción fue crucial para cambiar su humor y ablandar su postura intransigente hasta ese entonces.

En esa época, Prat Gay era presidente del Banco Central y estaba bajo la órbita del ministro de Economía Roberto Lavagna. Según lo que contó en diálogo con Alejandro Fantino en el programa Animales Sueltos, el FMI buscaba imponer una reducción de un 30 por ciento de la cantidad de pesos en circulación lo que según él era demencial y perjudicial para el país. 

"Entramos en una discusión larga sin salida y era importante que firmáramos este acuerdo porque las pocas reservas que teníamos en el 2003 se las estábamos dando todas al FMI. Y un día hago un recorrido de la nacionalidad de los funcionarios y veo dos ingleses, un colombiano, un italiano y un mexicano. ¿Qué tienen en común estos cuatro países? El fútbol. Entonces digo, los llevo a la Bombonera", agregó el ex ministro de Hacienda y Finanzas del actual Gobierno.

"Levanto el teléfono y lo llamo a Macri para pedirle un palco prestado. El partido fue un Boca-Banfield, un partido malísimo. Pero los tipos se quedaron encandilados, mirando La 12 y mirando la tribuna durante todo el partido. Salimos de ahí, cambió el humor y llegamos a un punto de equilibrio y nos dieron tres meses para probar que el país necesitaba emisión de billetes y no lo contrario como ellos querían". Nada que 90 minutos de fútbol no puedan arreglar.

Habría que ver a qué partido se refería Prat Gay porque en 2003 Boca y Banfield se enfrentaron dos veces en la Bombonera. En el Clausura de ese año fue victoria para el Xeneize dirigido por Carlos Bianchi por 3-1 y en el Apertura fue un emotivo empate 3-3, por lo que ninguno de los dos partidos parece haber sido tan aburrido como él aseguró. ¿Será verdad la anécdota?

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