En un ambiente tan cabulero como el fútbol a veces no alcanza el trabajo de toda la semana ni la conformación de un gran equipo protagonista en todas las canchas como formó Eduardo Coudet en Racing desde asumió el cargo de entrenador y es necesario aferrarse a un amuleto que otorgue más seguridad aunque sea una cuestión más psicológica que práctica.
En el 2001 fueron los cuernitos de Mostaza Merlo y el ya mítico Paso a paso que acompañó cada conferencia de prensa del entrenador. En este 2019, el Chacho no soltó nunca su bufanda negra, sin importarle si era de noche o de día, o si hacía frío o calor.
Y como para mostrarle a los escépticos de las cábalas el día que no la usó ante River, el paso de Racing por el Monumental fue con sabor amargo. Y para más pruebas, justo cuando Coudet regaló su bufanda cuando faltaban pocos minutos para la consagración, llegó el gol de Tigre y casi al unísono también empató Defensa y Justicia en Varela y aparecieron los fantasmas.
Roberto Torres, el encargado de seguridad del plantel, fue quien se quedó con el preciado obsequio del Chacho luego de un abrazo interminable y seguramente tendrá un lugar especial en su museo personal. Torres también fue una especie de cábala para Coudet y concentró todo el torneo con los jugadores, sufrió y gozó con ellos y también tuvo su premio.
“Si Racing sale campeón, seré el impulsor de una estatua para Coudet”, había dicho Roberto Torres, dirigente que forjó una gran amistad con Chacho. Aquí, con un tesoro de guerra que le regaló el DT: la bufanda que usó como cábala. #Racing pic.twitter.com/blWLu0N8Ek
— Racing de Alma (@racingdealma) April 1, 2019
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