Tener una excelente relación entre un tenista y su entrenador tiene grandes ventajas aunque ese exceso de confianza puede ser contraproducente a la hora de contar intimidades del otro involucrado y Diego Schwartzman no tuvo tapujos en mandar al frente a Juan Ignacio Chela con su elevado consumo de pornografía.
"Hace poquito empezamos a revisar el tiempo en pantalla que pasaba cada uno con una aplicación del celular. Empezamos a revisar: tal aplicación seis horas a la semana, otra cinco, cuatro. La sexta que aparecía en la lista promedio semanal de Chela era una página porno. Es prácticamente público porque le contó como a cien personas. Llorábamos de la risa", contó divertido Peque en Podemos Hablar cuando Andy Kusnetzoff le consultó por la vida de hotel y soledad de los tenistas que viajan gran parte del año por el mundo.
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