Los jugadores de River rinden examen ante Gallardo y el hincha

Esta tarde el equipo del Muñeco Gallardo va a quedar concentrado para jugar contra Banfield mañana a las 18 horas, un partido que va a tener el peso del martillo de un juez.

Los goles que no hacen, los quites que no se concretan, los pases que se erran, la presión que no se logra y sobre todo la falta de juego colectivo son las causa que están bajo examen y en estos casos hay jugadores que están en el centro de la escena para la gente y también para el DT que ya tiene la cabeza puesta en el plantel 2025.

No será un partido del montón, más aún después del golpe a la ilusión del martes cuando quedó afuera de la final de la Copa Libertadores.

A excepción del arquero Franco Armani, los defensores Fabricio Bustos, Germán Pezzella, Paulo Díaz, Marcos Acuña y González Pírez, más algo del esfuerzo de Facundo Colidio y de la esperanza que genera el Pity Martínez, para el resto habrá una lupa exigente de evaluaciones desde las tribunas.

 Quizá el nombre más simbólico sea el de Miguel Borja y su sequía de goles que se hace más explosiva por su modo de jugar. El Colibrí fue reprobado por gran parte del estadio el martes y, quien hasta hace unos meses era un goleador top five, ahora está a un paso de pasar para el lado de los que tienen el paso del año comprometido.

La impaciencia también está puesta sobre el volante central, un puesto clave, que desde la salida de Enzo Pérez se convirtió en un problema antes para Demichelis y ahora para Gallardo.

Fonseca, Villagra y Kranevitter hicieron más méritos para ir al banco que para ser titulares. Al que le toque jugar mañana frente al Taladro se las verá con ese mismo aire juzgador del Monumental y empezará a sentir la marca de su propio futuro como una marca pegajosa y mordaz.

Para los encargados de generar juego, los volantes ofensivos, está la misma vara evaluadora. Tal vez se salven los pibes Mastantuono y Echeverri porque son chicos del club y el Pity porque en los pocos minutos que jugó (Defensa y Mineiro) generó algo de luces y brilló con sus ganas y su impronta.

Para el resto, Lanzini, Solari, Simón, Meza y Nacho Fernández que está lesionado y no va a jugar, todo será remar contra la corriente para llegar a un puerto sin más premio que llegar. Al fin de cuentas lo único en juego es lograr una plaza para la Libertadores.

Para Gallardo el trabajo es empezar a ganar y salir de esta racha inédita de media docena de partidos con un solo gol y sin triunfos. En 2016 tuvo la misma cantidad de presentación igual pero al menos el hincha gritaba goles. 

Elegir a los que deban hacerlo será la gran decisión de estas horas porque muy pocas veces un equipo de Gallardo tuvo tantas dudas por bajos rendimientos.  Será una semana brava y tensa, con tres partidos sentenciosos: Banfield mañana, Instituto en Córdoba el miércoles y Barracas Central al domingo siguiente de local. El año que viene llegó antes para Gallardo.

LP