sábado 02 de noviembre del 2024

Murió el "Negro" Ramos Delgado

A los 75 años, el otrora gran zaguero central falleció víctima del Mal de Alzheimer. Vida y obra de un auténtico caballero del fútbol. Galería. Galería de fotosGalería de fotos

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En el recuerdo quedará su sonrisa amplia, franca, de buen tipo. También su fútbol de calidad, su don de gente y su prédica como DT por ese juego exquisito que en la Argentina practicó en Lanús, River y Banfield, y que hasta lo llevó a ser figura en la Selección y el Santos de Pelé. A los 75 años, murió el Negro José Manuel Ramos Delgado, y con él se fue un caballero del fútbol.

Exponente de la escuela de zagueros jugadores antes que rompedores, participó de dos mundiales: Suecia 1958, en el que no llegó a jugar, y Chile 1962, donde fue titular ante Hungría en el 0-0 con el que Argentina se despidió del certamen tras aparecer en su lugar el rústico Hacha Brava Navarro en los dos primeros partidos.

Claro, aquellos eran tiempos en los que, tras su fracaso en el Mundial de Suecia, el fútbol argentino comenzaba a europeizarse priorizando la fuerza por sobre la calidad, y por eso su estilo limpio y técnico no fue valorado como debía serlo. Sin embargo, en 1964 tuvo su revancha con la albiceleste, jugando los tres partidos que permitieron ganar la Copa de las Naciones en Brasil.

Nacido el 26 de agosto de 1935 en Quilmes, había comenzado a destacarse en el gran equipo de Los Globetrotters de Lanús, subcampeón en 1956. En el día de su debut en Primera ante Estudiantes por el campeonato de ese año, Lanús formó con Alvarez Vega; Prato y Beltrán; Daponte, Raúl García y Ramos Delgado; Emilio Fernández, Gil, Cejas, Lugo y Moyano.

Por entonces, aún era volante. Pero ya en ese mismo certamen aparecería jugando como zaguero central, puesto en el que se consolidó rápidamente como figura con desempeños que motivaron su pase a River en 1959, cuando el club de Núñez empezaba a transitar una increíble racha de 18 años sin salir campeón.

Pese a esa falta de vueltas olímpicas, también en Núñez dejó un gran recuerdo por su calidad, que le permitió mantenerse como baluarte del equipo hasta 1965. Al año siguiente, no obstante, pasó a Banfield, donde continuó dando cátedra hasta que en 1967 pasó a jugar nada menos que en el Santos al lado de monstruos como Pelé, Carlos Alberto Torres, Clodoaldo y Coutinho.

En el club brasileño debió reemplazar al legendario Mauro Ramos de Oliveira, campeón en los mundiales de 1958 y 1962. Su categoría hizo que nadie extrañara a semejante figura y lo transformó en nuevo referente del equipo, que con él ganó cuatro campeonatos paulistas (1967, 68, 69 y 73) y el torneo "Roberto Gomes Pedrosa" (antecedente del actual Brasileirão) en 1968.

Luego de compartir el Santos el título paulista de 1973 con la Portuguesa de Desportos, Ramos Delgado abandonó el equipo y se sumó al de Portuguesa Santista, donde cerró su brillante carrera como futbolista a los 39 años tras ganarse el respeto y la admiración de hinchas, colegas y periodistas de todo Brasil.

Poco después comenzó a incursionar en la dirección técnica, aunque su primer trabajo conocido en esa profesión fue el que desarrolló en All Boys en el Metro de 1980, a cuyo término los de Floresta descendieron luego de ocho años en la "A". En los pocos partidos que lo tuvo como DT, ese equipo no ganó, pero llegó a jugar muy bien aunque la situación del club no ayudaba.

Ya a mediados de la década del '80 recaló en Mendoza para dirigir al Deportivo Maipú, y allí hizo una gran campaña que lo catapultó nuevamente a la categoría superior como técnico de un Platense que, luego de varios años peleando el descenso, con él en el banco y jugadores como Alejandro Alfaro Moreno pudo hacer olvidar un poco a sus hinchas de ese fantasma.

También se desempeñó como técnico en Estudiantes de La Plata, Chaco For Ever, Talleres de Córdoba y el propio Santos de Brasil, donde estuvo a cargo de los juveniles. Además, en 1994 se recibió de periodista en el Círculo de Periodistas Deportivos, y ejerció como comentarista en radios y programas de televisión. Pero, sobre todo, fue un gran tipo, humilde y entusiasta de su trabajo.

La crónica dice que, víctima del Mal de Alzheimer, falleció en una clínica de Villa Elisa, cerca de La Plata. También, que será velado hoy hasta las 22 y mañana de 8 a 10 en Quilmes (Avenida Rodolfo López 61). El domingo, al recibir el equipo al Flamengo, en Santos se hará un minuto de silencio y los jugadores lucirán un crespón negro. Un homenaje más que merecido a un grande del fútbol.

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