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Una insólita jugada marcó el final del Superclásico entre Boca y River en la Bombonera.
Un efecto inexplicable de la pelota impidió a River llevarse el triunfo del estadio Xeneize.
El delantero Federico Girotti desbordó y mandó el centro atrás. Julián Álvarez no logró conectarla, pero la pelota dio en Carlos Izquierdoz.
El golpe en el Cali descolocó a Andrada, hizo pasar al arquero de Boca. La pelota se metía... Pero no. Ocurrió el milagro y se salvó Boca.
AM
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