Pasaron diez años de la última gran conquista de Racing y uno de los máximos responsables del histórico título, Reinaldo Carlos Merlo, todavía tiene bien fresca aquella consagración de 2001. Paso a paso, en una charla con 442, Mostaza repasó lo hecho por su Academia, a la que definió como "un equipo que entraba a la cancha y ganaba".
Merlo llegó a Avellaneda con la misión de engrosar el flaco promedio de un Racing que deambulaba en los últimos puestos, pero el desafío y la obligación del DT era pelear bien arriba. "En el primer torneo teníamos que sacar 29 puntos para no jugar la Promoción y tuvimos que armar un equipo para salir campeón", recordó el DT.
"La idea era pelear arriba, pero después del cuarto o quinto partido el equipo quería más. Era un equipo solidario, no era vistoso pero jugaba bien y dejaba todo dentro del campo", explicó Mostaza.
Todo título tiene sus secretos y la confianza dentro del plantel de Racing crecía a pasos agigantados a medida que pasaban los partidos. Muchos recordarán la declaración que puso fin al "paso a paso" de Mostaza tras el empate ante Banfield en el estadio de Huracán cuando quedaban dos fechas para el final: "Ahora me enojé, vamos a salir campeones". Sin embargo, Merlo reconoció que en la décima jornada, antes de vencer a Colón, le dijo a dos jugadores experimentados de su plantel aquello que finalmente se cumplió.
En plena recorrida por los partidos claves del campeón, Merlo consideró varios triunfos que marcaron el camino al éxito. "Ganaron partidos importantes como contra San Lorenzo o el 4-1 a Gimnasia. También se lo dimos vuelta a Estudiantes que perdíamos 2-0 y con Chicago íbamos 3-1 abajo y nos pusimos 4 a 3. Tenían un espíritu tremendo, se pusieron en mente salir campeones y lo lograron".
Para agregarle un capítulo más de suspenso a la película del Racing campeón, el encuentro decisivo ante Vélez corrió riesgos por la situación social que se vivía. "Sabíamos lo que estaba pasando en el país, que era un momento difícil pero también queríamos jugar el último partido para ser campeones en diciembre porque lo querían llevar a febrero, pero se hicieron las gestiones y pudimos dar la vuelta", rememoró el técnico, que antes del choque en Liniers se levantó tranquilo "sabiendo que iba a ser campeón".
Otro de las patas firmes de la mesa fue la hinchada de La Academia, a quien Mostaza reconoce ante cada pregunta como si fueran los protagonistas de la anhelada vuelta olímpica. "La gente fue maravillosa, fue el apoyo que nosotros necesitábamos para ese torneo. Ellos nos alentaron, el último día llenaron dos canchas y en el día a día te hacían llegar todo el afecto".
Por último, con humildad, el héroe racinguista mostró agradecimiento por la estatua que levantaron en su honor, pero cree que corresponde a todo Racing. "La recibí yo, pero es de todos. Es de los jugadores que se bancaron la presión de los 35 años y de la hinchada que hizo todo lo posible para que ganemos el título".
Racing campeón: a 10 años de una tarde loca
(*) Especial para 442
