lunes 16 de septiembre del 2024
Opinión

Arabia Saudita: el paraíso de los millones y el cementerio del fútbol

Se fue Equi Fernández, de los puntos más altos en Boca y del fútbol argentino en líneas generales y ahora el gran apuntado es Paulo Dybala, con tela para cortar en el primer nivel. Los árabes siguen invirtiendo, pero el crecimiento no aparece y todo indica que no está cerca.

Una frase de cabecera para los hinchas del fútbol argentino o a nivel mundial también, con ese sentido de pertenencia a flor de piel por los colores de su club y a la hora de sacar pecho para defender sus raíces dice “se besan el escudo y se van por plata”.

Por una parte, dicha expresión tiene cierto grado de veracidad teniendo en cuenta que un club te forma, te da la posibilidad de jugar en primera y cumplir el sueño de prácticamente cada chico que alguna vez pateó una pelota.

O en el caso de ser un jugador ya consagrado en un equipo, compartir ese sentido de pertenencia con los hinchas te da la oportunidad ser ídolo o reconocido, que es algo tan complejo de lograr últimamente.

Al mismo tiempo, esa verdad del peso del dinero en las decisiones se transforma en egoísmo podrían responder los futbolistas desde sus zapatos teniendo en cuenta que con el boom de los contratos millonarios que llegan desde Arabia Saudita la tentación está al alcance de la mano.  

Por eso el debate sería interminable porque es cierto, armar las valijas e irte un tiempo a jugar con los árabes te da tranquilidad, en el día a día respecto a la inmedible presión que hay en Argentina o en un equipo top a nivel mundial, junto a nada más y nada menos que un pasaje al paraíso económico.

Sin embargo, ir a llenarse los bolsillos de millones sonará absolutamente tentador, pero tiene sus efectos secundarios. Sin importar si sos una promesa o si sos un futbolista ya consagrado, ir atrás de la plata en una liga como la de Arabia Saudita te borra del mapa en lo futbolístico.

Equi Fernández la joyita de Boca, ¿sentenció su carrera?

Hay dos ejemplos recientes que pueden retratar lo anterior. El primero de ellos pone en el centro de la escena a Equi Fernández que se fue de Boca siendo un eslabón fundamental en el funcionamiento del equipo, además de haber pasado la tan compleja prueba de meterse en el bolsillo a los hinchas del conjunto de La Ribera.

En ese contexto, a sus 22 años, un mediocampista con la capacidad de manejar los hilos de un equipo con una camiseta tan pesada como la de Boca y dando sus primeros pasos en la Selección Argentina se nubló con los millones para marcharse al Al-Qadisiyah, un equipo fuera del radar, cuando en realidad Equi estaba siguiendo al pie de la letra lo necesario para pegar el salto a Europa, como hizo meses atrás Alan Varela.

Es más, en la presentación en su nuevo club, hay dos frases del mediocampista para destacar por lo contradictorias que son. La primera fue “es un gran paso para mi carrera” y la segunda es “venir a la Liga de Arabia Saudita es probarme también a mí mismo, probar la Liga, ver qué tan buena es, qué tal es su crecimiento”.

Por una parte dice que es un gran paso en su carrera, una respuesta con el casete puesto, y al mismo tiempo confirma que esta llegando a una liga en crecimiento, muy lento por cierto, a la que querrá conocer bien del todo. Te permite dudar porque está explícitamente diciendo que llega a un lugar desconocido y que quién sabe qué tan avanzado está.

De esta manera, la decisión del ahora ex Boca tiene dos posibles caminos: estar un par de temporadas en el fútbol árabe y luego si tiene la suerte necesaria marcharse a Europa, que dicho sea de paso son pocos los casos, como el de Manuel Lanzini que pasó del Al-Jazira al West Ham o darle lugar a la posibilidad de estancarse y ahuyentar la suerte de dar el salto al fútbol de primer nivel.

Puede pasar que Equi este un tiempo allí en Arabia Saudita y luego pase a un equipo del Viejo Continente teniendo en cuenta los nexos que hay entre dirigentes de los clubes árabes y europeos, pero entiendo que, siendo un jugador con un nivel tan prometedor, su llegada al Al-Qadisiyah indicaría que se trata de un retroceso en su carrera.  

Dybala y su posible salida al fútbol árabe: un tiro en el pie

El otro caso relata un poco la dinámica más recurrente por parte de los equipos de Arabia Saudita en seducir a grandes figuras a nivel mundial para desembarcar en su fútbol, ya que ellos entienden que juntando uno o dos jugadores de renombre se resuelven todos los problemas. El último gran apuntado pareciera ser Paulo Dybala por el mismo club que cerró a Equi Fernández días atrás con una oferta de 20 millones de euros por temporada (hoy gana siete millones por temporada).

Si bien a sus 30 años el cordobés puede ir asumiendo que se acerca el final de su carrera, su talento ha demostrado que cuando quiere y está en su máximo esplendor futbolístico y físico es un jugador sumamente interesante, a respetar y que todos quieren tener, por algo fue campeón del mundo.

En ese contexto, Dybala se perdió la última Copa América y seguramente sus intenciones serían que eso no suceda de nuevo y haciendo números, como su edad se lo permitiría, querrá ser parte del plantel argentino en el Mundial de Estados Unidos, México y Canadá en 2026.

De esta manera, si el actual delantero de la Roma pretende seguir en la consideración de Lionel Scaloni, marcharse al fútbol árabe es darse un tiro en el pie. En más de una ocasión se supo que el entrenador del seleccionado argentino pretende que sus convocados compitan y en el mejor nivel posible.

Por eso Lo Celso busca salir del Tottenham, un club donde no suma minutos y más allá que es una de las fijas en los planteles de Scaloni, de seguir con ese ritmo irá perdiendo cada vez más terreno. Lo mismo sucedería con Dybala que está en la cuerda floja, así lo indicó su no citación a la última Copa América y que si deja el fútbol italiano y un club como la Roma donde es figura, terminaría de saltar al abismo y las chances de vestir la camiseta albiceleste serían nulas.  

Hay millones, pero no alcanza

Volviendo al mismo concepto que antes, es cierto que llegar a Arabia Saudita te permite, ya seas un joven jugador que podría salvar su futuro desde lo económico a una temprana edad o un experimentado futbolista que puede bajarle el telón a su carrera de manera más tranquila. Pero al mismo tiempo, tomar el camino del dinero te borra del mapa en lo futbolístico.

Dicho análisis se puede respaldar con lo que les sucedió a diferentes reconocidas figuras en el mundo de este deporte. Uno de ellos es Marcelo Gallardo que le ofrecieron el oro y el moro, pero a pesar de ello su estadía en el Al-Ittihad fue más corta de lo pensado.

Luego de ocho meses, al entrenador más ganador de la historia con River se le encendieron las alarmas internamente. Siendo un personaje que entiende y respira fútbol, notó que en una liga como la árabe por más millones que le pongas, en la práctica no aparecerá el talento y la competitividad que hay ya sea en Sudamérica o Europa, por lo menos en el corto plazo.

Lo de Gallardo se puede comparar con lo del Equi en cierta medida ya que el Muñeco se fue de River a dirigir en un fútbol que no le iba a permitir crecer cuando en realidad, por el calibre de entrenador que es, en su primer ciclo en Núñez había tachado todos los casilleros para llegar a Europa.

En este caso, Gallardo se dio cuenta a tiempo, que los millones lo nublaron y que para poder alimentar a ese entrenador competitivo y que quiere dar la nota por como juegan sus equipos, en Arabia Saudita no lo iba a lograr, pero volviendo a River sí.

Otro caso similar que se eliminó a él mismo del radar fue Karim Benzema. Un delantero extraordinario que no le peso para nada la responsabilidad de ser la gran figura del Real Madrid tras la salida de Cristiano Ronaldo optó por el premio económico con el Al-Ittihad.

Aun a sus 36 años tiene todo lo necesario para seguir compitiendo en la élite con el máximo ganador de Champions League y también a nivel selecciones con Francia y eso no lo dice este análisis únicamente, sino que los síntomas de arrepentimiento aparecieron en el propio jugador.

El atacante francés llegó en julio de 2023 y tiene contrato hasta 2026 con un acuerdo astronómico de 200 millones de euros, pero más allá de ello, pareciera que Karim quiere marcharse.

Paradójicamente, a pesar de sus millones de dólares, las pobres instalaciones de la liga saudí son fuente de molestia para el delantero, que debió viajar a las instalaciones médicas del Real Madrid para mejorar su recuperación en su momento.

Eso junto a la falta de resultados, que no solo generó la salida de Gallardo, sino que lo puso en el foco de las críticas a el también, son cosas que no le pasaban en Madrid. Por eso, ¿qué se puede esperar de una “liga amateur” que pone millones y millones, pero no evoluciona?

Te pones en el lugar de Benzema y una cosa es tirar una pared con Luka Modric, Federico Valverde o Vinicius Junior, a fin de cuentas, rodearte de otros enormes talentos, a tu nivel, y otro es hacerlo con un jugador criado en Arabia Saudita, un suelo donde el fútbol es una novedad y que para llegar a un punto respetable en competitividad le falta y mucho.

Me detengo en ese último punto antes de cerrar, porque el fútbol tiene una dinámica que en Arabia Saudita parece que no entienden aún. En Europa y Sudamérica el nivel no es alto por arte de magia, más allá de que hay cierto talento innato, sino que es mayoritariamente por un trabajo escalonado.

El proceso de las inferiores, de formación no es algo que se puede saltear, es sumamente necesario para dar con el máximo nivel. Eso es algo que el fútbol árabe aún no tiene, porque gastar millones en dos o tres jugadores por equipo no te permite omitir el proceso de evolución futbolística.

El caso Benzema lo explica por sí solo. Por más que sea una de las figuras más importantes en la historia del Real Madrid, en el equipo español se cansó de hacer goles y deslumbrar por su nivel porque estaba rodeado de jugadores acorde a su nivel, que lo potenciaban.

Eso es algo que en el fútbol árabe no sucede todavía. Porque los jeques dueños de los clubes piensan en ‘modo play’: compro una o dos figuritas y ya está, mi equipo va a andar bien. No es así, se necesita tiempo y la paciencia para darle forma a un sistema para educar futbolísticamente a gente que está en desventaja en cuanto al conocimiento a comparación de Europa y Sudamérica.

En conclusión, es verdad que se puede cuestionar este pensamiento de que en Arabia Saudita no juega nadie porque hay estrellas que optaron por su fútbol y sus millones como Cristiano Ronaldo y Neymar, que seguirán figurando, pero lo cierto es que ellos son casos aparte.

Es una historia sumamente diferente para los jugadores ‘terrenales’, comparándolos con monstruos como CR7, Messi o Neymar, que más allá de donde estén van a dar la nota. Los Bono, arquero figura de Marruecos en Qatar 2022, los Henderson y Sané, estrellas del Liverpool campeón en Champions, los Mahrez inamovible en el City de Guardiola, los Nacho sub-capitán en el Real Madrid y campeón de Europa con España, los Equi Fernández que tenía todo para ganar más terreno con la camiseta de Boca, eligieron Arabia Saudita y desaparecer de la órbita futbolística.

En consecuencia, en Arabia Saudita los millones están asegurados, pero para aquellos grandes talentos en el mundo del fútbol es eso y nada más, no hay espacio para congeniar el dinero con la capacidad de crecer y llegar a lo más alto en lo futbolístico, porque el fútbol lo potencias con más fútbol y en suelo árabe no hay y parece que falta mucho para que llegue por más inversión que se haga.

JP

 

 

 

 

En esta Nota