Cuando en el sorteo por el fixture de la Copa Argentina dieron el nombre de su primer rival, la dirigencia de club Ramón Santamarina de Tandil no se lamentó por la categoría del oponente. Muy lejos de caer en la idea de una derrota segura, Pablo Bossio, presidente de la institución, pensó en la visibilidad que puede darle a la entidad enfrentar a Boca en un torneo oficial. Algo que ayudará, dice, a “poner a Santamarina en los primeros planos del deporte”. En diálogo con 442, Bossio habló del choque contra el xeneize, de la actualidad del club, de su amor por Racing y del apoyo de su hermano Diego, director del ANSES.
El choque de la historia. “Es la primera vez que nos enfrentamos a Boca oficialmente”, resalta Bossio, y si bien recuerda que en el '85 el club disputó los nacionales de fútbol contra Independiente, Platense y Estudiantes de La Plata, se vale de los comentarios de los tandilenses para explicar la importancia del choque del jueves. “Por lo que hablo con los hinchas y con los mismos socios, tal vez este partido es deportivamente el compromiso más importante que tenemos”, dice. Además, destaca que será todo un desafío: en los amistosos que jugaron, Santamarina nunca pudo cosechar un triunfo. “En el año 29 perdimos 4 a 2 y en la década del 50, cuando se inauguraron las tribunas del ex estadio del club, también perdimos, esa vez por 7 a 0”.
Sin embargo, y pese a que ganar siempre es una meta, para Bossio, lo importante es que partido generará repercusiones importantes para el futuro del club. “Nuestro objetivo era poner a Santamarina en los primeros planos del deporte y del fútbol argentino, así que por casualidad y por el mérito de los jugadores que ganaron tres partidos antes de jugar con Boca hoy estamos en esta instancia”, explica.
Al margen de la Copa Argentina, la aspiración de Santamarina es el ascenso a la B Nacional. “Sabemos que es muy difícil, que hay una competencia muy grande de los clubes del interior y depende de muchas otras cuestiones”, cuenta Bossio. En materia institucional, la idea es revertir la mala imagen que tiene el club y lograr sacarlo adelante. Es que Santamarina cuenta en su historia con un remate de sus inmuebles y una dura crisis que todavía se siente fuerte: el equipo entrena en una cancha alquilada y el club carece de estadio. Entre los proyectos de Bossio está la construcción de un campo de deportes.
─ ¿Tenés algún pálpito para el partido?
─ Ninguno, ni por cerca. Sabemos que deportivamente es muy difícil ganarle a un equipo de Primera División por más que ponga suplentes. Haciendo la pretemporada Santamarina jugó contra River y tuvimos un resultado negativo, perdimos 3 a 0. Está bien, estábamos en plena pretemporada y ellos estaban finalizándola, pero se nota que hay otra jerarquía deportiva.
─ ¿Cómo se preparan los jugadores?
─ Están completamente compenetrados, tienen muchísimas ganas y van a salir a ganar el partido. El único jugador que enfrentó a Boca y ni siquiera en el campo de juego es el arquero Daniel Bertoya, que era suplente en Gimnasia y Esgrima La Plata. Después ninguno, entonces para ellos también tiene un significado importante.
Gestión, Racing y un paralelismo académico. “Me gusta el fútbol como afición”, aclara Pablo al explicar su desembarco en Santamarina, club que dirige hace cuatro meses. Las ganas de volver a vivir a Tandil luego de años trabajando de abogado en la Ciudad de Buenos Aires hicieron que la idea de manejar el club represente un desafío tentador que va, explica, mucho más allá del fútbol. “No quiero estar asociado al fútbol porque no soy una persona del fútbol, no tengo nada que ver con el ámbito del fútbol. Lo que me interesa es la conducción de un club”, aclara.
─ ¿Cómo vivís el hecho de ser el hermano de Diego, titular del ANSES?
─ La gente lo ha tomado muy bien en general. Los hinchas, los socios. Yo lo vivo con alegría porque obviamente coincido en gran parte, no el ciento por ciento, con las políticas de este Gobierno. Es una posición política. Obviamente Diego está muy pendiente del club y de los pasos que vamos dando, y se puso muy contento por el partido que jugamos con Boca.
─ ¿Ayuda desde algún lugar?
─ Me ayuda mucho desde el lado del consejo de hermano. O me pregunta cómo marchan las cosas, si tengo reuniones con los socios, con los hinchas. Se interioriza, pero hasta cierto punto. Un club es un mundo aparte y es muy difícil involucrarse de lleno. Pero obviamente se involucra más como consejero y como hermano.
─ ¿Funciona como un puente para que tengas acceso al Gobierno?
─ Está claro que hay cosas que él me facilita. Una reunión con Morresi soy yo el que la gestiona pero él me abre la puerta para que nos podamos reunir. Eso desde ya, pero no más que eso. Obviamente después el se desentiende y me dice “cómo te fue con Claudio”, y nada más.
─ ¿Son los dos hinchas de Santamarina?
─ Sí.
─ ¿Y de algún equipo de Primera?
─ De Racing.
─ ¿Te gustaría algún día poder dirigir algún club de primera?
─ Presidir Racing sería un honor pero no lo veo hoy como una cuestión viable. Estoy radicado en Tandil y mi desafío hoy es Santamarina. Incluso cuando Santamarina jugó en el mismo horario que Racing-Boca yo estaba con el televisor viendo a Racing y con la radio escuchando a Santamarina porque jugaban de visitante y no pude viajar. Así que se encimaron las dos pasiones.
─ Y a los Bossio les gusta sufrir...
─ Vos fijate que vivimos historias similares en algún punto. Racing pasó por un proceso que no terminó en la quiebra porque justo se reformó la Ley de Quiebras y se hizo de forma tal que las asociaciones civiles no podían quebrar. Tiempo después de que quebró Santamarina. Así que nosotros lamentablemente como club llegamos tarde a esa reforma. Si no, no habríamos padecido todo lo que padecimos.
(*) De la redacción de 442
La historia del nuevo rival de Boca