En un clásico muy caliente en el primer tiempo pero que supo controlar sin mayores problemas en la segunda parte, Arsenal venció hoy 2-1 como visitante a Quilmes, que acumuló seis partidos sin triunfos y permanece en la zona de descenso. Jorge Ortiz y Diego Braghieri hicieron los goles del último campeón en apenas tres minutos -de los 20 a los 23-, y Facundo Diz descontó a los 43.
Al inicio, el partido fue de ida y vuelta porque Arsenal supo abrir bien la cancha y logró ser profundo por las bandas, y a su vez Quilmes era vertical y más directo. Así, el anfitrión generó la primera situación de gol a los 14 minutos, con un disparo esquinado de Juan Manuel Cobo desde afuera del área que atrapó Cristian Campestrini.
El arquero tuvo que volver a intervenir a los 18 para bloquear un potente remate de cabeza de Diz, y dos minutos más tarde su equipo abrió el marcador de contraataque. Juan Pablo Caffa habilitó a Ortiz, quien se escapó hacia el arco y en velocidad definió picándola por encima del achique de Emanuel Trípodi.
Quilmes sintió el golpe anímico y así propició la llegada del segundo tanto de Arsenal tres minutos después: tras un tiro de esquina ejecutado por Caffa desde la izquierda, Braghieri se metió al área a la carrera para imponerse en lo alto y con un cabezazo cruzado introducir la pelota junto al palo derecho de Trípodi.
Este gol dio a los dirigidos por Gustavo Alfaro una tranquilidad excesiva, que les jugó en contra una vez que implementaron la estrategia de darle el balón al rival en espera de que se abra aún más en defensa.
Quilmes, herido en su amor propio y necesitado de puntos para escapar de la zona de descenso en la que se hunde cada vez más, descontó a los 43 con un centro de Jacobo Mansilla que rechazó mal Braghieri desconcertando a Campestrini, lo que fue aprovechado por Diz apareció para convertir.
La etapa inicial terminó con mucho nerviosismo y el cuadro del Viaducto debió haber quedado en inferioridad numérica, ya que Iván Marcone, en medio de una discusión, golpeó abiertamente a Mansilla sin que lo notaran las autoridades.
Arsenal reasumió el protagonismo con aplomo en el capítulo final, aunque especuló hasta último momento con ampliar la ventaja de contragolpe. Por el lado local, en tanto, el entrenador Omar De Felippe hizo cambios ofensivos para tratar de empatar sin mayores resultados, si bien su conjunto tuvo un marcado dominio territorial sobre la visita.
Finalmente, el juego se diluyó poco a poco en la fricción que fue copando el trámite, Arsenal resistió sin sufrir grandes sobresaltos y Quilmes lamentó una nueva jornada aciaga, con el único y mínimo consuelo de haber vuelto a marcar un gol luego de tres fechas sin hacerlo.
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