"El sistema no quiere que la violencia se termine debido a la cantidad de negocios millonarios que hay detrás". El auditorio se puso de pie y, luego de la traducción de un intérprete turco, ovacionó a Pablo Álvarez.
El líder de la hinchada de Independiente se despegó por un rato de la tribuna del Estadio Libertadores de América para disertar en el marco de una cumbre mundial de barras en Esmirna, una pintoresca ciudad de Turquía, a quinientos kilómetros de Estambul.
Antes de la conmoción por el intento de golpe militar, el evento había hospedado a quinientos violentos, la mayoría de Rusia, España, Italia, Dinamarca y Bélgica.
Bebote Alvarez, deportado de los últimos dos mundiales, fue invitado por la organización del Football Supporters para brindar una exposición en referencia al vínculo entre el poder, la política y las barras de Sudamérica.
Si bien por cuestiones de seguridad tras el levantamiento militar el congreso debió ser suspendido, el jefe de Los Diablos Rojos tuvo tiempo para ofrecer unas palabras de presentación.
Dentro de ese contexto, no dudó en detallar el nacimiento de Hinchadas Unidas Argentinas, aquel proyecto financiado por el polémico Marcelo Mallo, hoy preso por el doble asesinato de Unicenter.
“Dejamos las diferencias de lado para compartir todos juntos con cada una de nuestras camisetas una misma tribuna. Demostramos que cuando se quiere, se puede”, reveló el histórico líder de una de las hinchadas más numerosas del país.
El responsable de diagramar la logística para el desembarco de Bebote en la convención fue Metin Serdar Davudovic, líder de la facción radical de Sakaryaspor, club que milita en la Segunda División del fútbol turco.
Si bien el hombre de Independiente se llevó todos los flashes, no fue el único representante nacional: también estuvo presente un sector de la hinchada de Colón de Santa Fe, que rápidamente decidió encolumnarse detrás del actual enemigo de Hugo Moyano.
Consultado por PERFIL, Álvarez explicó que su participación en la cumbre se debió a la intención de conocer diferentes culturas y barras, entender de qué forma se manejan en las distintas tribunas del mundo y transmitir experiencias propias.
Y como si eso fuera poco, comenzar a planificar junto a los rusos la estadía de las barras argentinas durante el Mundial 2018. “Vamos a aliarnos con ellos para pelear contra los hooligans”, reveló Bebote a dos años de la próxima copa del mundo.
El barra del Rojo ya produjo un primer contacto con Robert Ustian, referente de la hinchada del CSKA Moscú, quien a través de un traductor le ofreció una mano con la organización del viaje al Mundial.
“Me prometió ayuda con la movilidad y la vivienda. Obviamente, le pregunté por los tickets y me dijo que todavía faltaba mucho. Por lo pronto, ya arreglé para ir a verlo a Rusia dentro de un año y medio”, confesó Bebote.
Además del hombre del Rojo, el evento contó con la presencia de Ayhan Güner, ultra del Besiktas y miembro de Çarsi, grupo anarquista acusado de terrorismo por el gobierno turco.
El gran ausente fue Alexander Shprigin, presidente de la Unión Rusa de Aficionados, recientemente deportado de Francia por los incidentes que provocaron durante la Eurocopa.
Una vez que conocieron la noticia de que las Fuerzas Armadas habían tomado el poder de la sede de gobierno en Ankara, Bebote Alvarez no dudó en comunicarse con la embajada argentina con el fin de regresar al país cuanto antes.
Sin una respuesta concreta, eligió burlarse del periodismo y de los órganos de seguridad a través de un ofrecimiento público para ser corresponsal del momento crítico que vivía el pueblo turco.
“En cualquier momento van a decir que yo tengo la culpa de lo que está pasando acá. Con los tanques y las banderas, ya comienza el carnaval. No me rompan las pelotas, que yo estoy de fiesta”, sentenció el hombre más polémico del mundo barra, ahora devenido en conferencista.
(*) Nota publicada en la Edición Impresa del Diario Perfil.
