En estos Juegos Olímpicos hay deportistas que se preparan de diferentes maneras. Los hay los que priorizan lo físico por sobre lo mental y los que hacen de la cabeza su fuerte. Pero el mejor del planeta en tenis de mesa hace la mejor de las terapias. Como cualquier oficinista que sale de su trabajo abrumado y se va con amigos a aprovechar el happy hour a tomar una cerveza. Eso hace el mejor jugador de tenis de mesa de la actualidad. El chino Ma Long, que consiguió el tan ansiado oro olímpico en individual y mañana buscará su segunda medalla en la final en la competencia por equipo.
"Para Ma Long hay dos cosas importantes. La primera es ir a un bar a beber alcohol. Cuando la presión es muy fuerte. La segunda es hablar con él para distraerlo". Eso dice su entrenador, Liu Guoliang, quien descubrió que su pupilo no estaba pudiendo sacarse la presión de ser el mejor del mundo en lo que hacía. Es que ser el 1º en un país como China, en el que 10 millones de personas practican el deporte y que de 28 medallas de la disciplina que se disputaron desde Seúl '88 ganó 24, no es nada sencillo. Por eso cuando Ma Long dejó de disfrutar de su cable a tierra, tocar el piano, y por eso necesitó encontrar la relajación en los bares de Beijing.
No tiene problemas con el alcohol, claro está ya que "lo consume con moderación porque tiene que relajar un poco debido a que las obligaciones a las que se impone a diario son muy estrictas", afirmó Liu Guoliang. Es que no había otra forma de sacarle la obsesión que tenía por ganar la de oro tras no haber participado en la categoría individual en Londres 2012, Juego Olímpico en el que ganó un oro por equipos.
Ahora que tiene el oro, tras vencer en la final 4-0 al campeón defensor Zhang Jike, el chino de 27 años tiene todo. No le alcanzaba con liderar el ránking desde el 2013, exactamente 48 meses (6 menos que Wang Liqin, que fue el que más semanas estuvo en la cima, con 54). Ma Long ganó 22 torneos y ahora tiene la de oro olímpica. "Durante el torneo no tomé alcohol, salvo después de ganar el oro. Después de eso me merecía hacerlo".
(*)Enviado especial a Río de Janeiro