—¿Qué sentís al volver a jugar con la casaca de Boca?
—Es como volver a debutar, estoy muy ansioso. Por momentos no puedo creer lo que me está pasando, volver a vivir tantas emociones a mi edad. Pensé que ya se me había pasado la posibilidad de regresar, pero así es la vida. Estoy muy feliz.
—¿Te vas a retirar en Boca?
—Sí, por supuesto, mi carrera se cierra con la camiseta de Boca. Es un broche ideal. Ojalá podamos cumplir con lo que la gente quiere, que es salir campeones.
—¿Sentís que hay ansiedad por conseguir un título?
—Ocurre que la gente de Boca durante muchísimo tiempo se acostumbró a ganar todo y ahora es extraño que pase el tiempo y no pueda conseguir un título. Por eso, es entendible que nos pidan que salgamos campeones. ¡Esto es Boca!
—¿Fue raro cuando jugaste en la Bombonera con otra camiseta?
—La verdad que sí, las veces que me tocó ir como visitante a la cancha de Boca me parecía muy extraño, desde ocupar otro vestuario hasta salir a la cancha y mirar para otro lado. Pero la gente siempre fue muy respetuosa y agradecida conmigo, como yo lo estaré de por vida con la gente de Boca.
—¿Cómo tomás la situación de River? ¿Te resulta extraño verlo en la B?
—Seguramente muchos estarán sorprendidos, pero cada uno tiene lo que merece. Si se fue a la B no tiene que ver con la casualidad, sino con malos manejos de sus dirigentes. En el fútbol, cuando hacés las cosas mal, las pagás. Es lo que le pasó a River y lo que le podría haber pasado a otros.
—¿Y a Boca?
—No, no creo, por eso vamos a estar muy metidos y comprometidos para levantar el promedio y pelear el campeonato. Debemos recuperar lo que se perdió con trabajo y sacrificio. No tengo dudas de que lo vamos a lograr.
—¿Qué significa no tener a Palermo?
—No te voy a decir que será difícil. Palermo es parte importante de la historia de este club, un goleador impresionante y un muy buen tipo y compañero. Trataremos de no extrañarlo dentro de la cancha, apoyando a los que les toque jugar, como por ejemplo a Viatri, pero la ausencia de Martín sin dudas es importante.
— ¿Cómo encontraste a Riquelme?
—Muy bien, enchufado, con ganas. ¡Feliz! ¡Ja, ja, ja! De verdad, lo noto con muchísimas ganas de hacer un gran campeonato.
—¿Te quedó alguna cuenta pendiente en la vida?
—Sí, una: no haber jugado el Mundial de Sudáfrica. Pensaba que podía estar, pero me tocó jugar en la Selección en una época muy difícil, cuando parecía que la clasificación estaba complicada. Le voy a estar siempre agradecido a Maradona porque me convocó en las eliminatorias, pero también me hubiese gustado saber por qué no me llevó al Mundial.
—¿Lo pudiste hablar con él?
—No, con Diego no hablé nunca más. Igual no tengo ningún reproche. Fue el único entrenador que me dio la chance de jugar en la Selección.
—¿Qué te parece Sabella como técnico de la Selección?
—A Sabella lo tuve como entrenador y a Carlos Bianchi también. Creo que en este momento Bianchi era el indicado, más que nada por los méritos que hizo durante mucho tiempo en Boca. Pero ojo, Sabella también es un muy buen entrenador y salió campeón de América con Estudiantes, lo que también es un gran mérito. Pero realmente pensé que era el momento de Bianchi.
—¿Tenés alguna teoría de por qué cuesta tanto encontrar buen funcionamiento en la Selección?
—Es un momento duro, fijate lo que fue la Copa América, todo el mundo crece. Con la camiseta ya no le ganás a nadie. No se puede subestimar a ningún rival. Es un fenómeno que también pasa en el fútbol local.
—¿Para ver a qué grupo de música pagarías una entrada?
—Sin dudas, a U2. Vinieron hace poco y me quise matar porque no pude ir. También me gustan otras bandas, pero U2 es impresionante.
Esta nota fue publicada en la Edición Impresa del Diario Perfil
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