"Cuando Grondona lo trajo a que se codee con todos los dirigentes de primer nivel mundial sabía que él lo iba a aprovechar. Y así lo hizo. Fue tan importante que fue el más indispensable de la Conmebol en FIFA sin tener cargo”. Desde Zurich y del otro lado del teléfono, PERFIL escucha la voz de un importante dirigente sudamericano que pinta de cuerpo entero la importancia que tomó en los últimos años Alejandro Burzaco en el panorama del fútbol mundial. El director de Torneos es, sin ser dirigente, un fantasma buscado por la justicia norteamericana y con un perfil tan bajo que ya hizo manejar el poder desde las sombras. El lado desconocido del hombre más poderoso tras la muerte de Grondona, quien lo apadrinó desde el primer día y le dejó los contactos suficientes para que además del rey de la televisación deportiva en el continente, sea el pez gordo que busca el FBI.
Mi amigo Don Julio. No hay que ser un conocedor para entender quién le posibilitó codearse con el jet set del fútbol. El fallecido ex presidente de la AFA lo sentaba a su lado cada vez que se tomaba un avión a Suiza, a una reunión en FIFA, y lo recibía todas las semanas en el departamento que poseía en Puerto Madero. Fue Grondona el que le abrió las puertas para que pudiera sentarse con hombres del calibre de Joseph Blatter o Michael Platini y le permitió hacer el lobby necesario para conseguir los derechos televisivos de Sudáfrica 2010 y Brasil 2014, para después vendérselos al Gobierno. Y fue de Grondona, valgan los detalles, de quien heredó el chofer que lo lleva a todos lados.
Justamente el Gobierno era la otra pata que lo alimentaba de poder al hijo de Raúl, su padre, quien también le dio cuatro hermanos, dos de los cuales ostentan cargos importantes: Eugenio, ex jefe de la Policía Metropolitana, y Walter, presidente de la Asociación de TV por Cable (ATVC). Su amistad con Carlos Zannini lo hizo estar varias veces en la Casa Rosada y en ser el único “invitado” a la reunión entre el Gobierno y los dirigentes de AFA para definir el polémico torneo de treinta equipos.
Su futuro es negro. Además de presentarse ante los tribunales norteamericanos, Interpol ya lanzó el pedido de captura por la coima de 150 millones de dólares (junto a Hugo y Mariano Jinkis, también prófugos y dueños de Full Play), y en los pasillos de Torneos se espera que la empresa, si él no aparece y aclara la situación, lo cese de su cargo.
No fue la primera investigación estadounidense que tiene Burzaco. En 2011 fue Fox Corporation la que mandó a averiguar quién era este hombre que había alcanzado tanta relevancia y los derechos televisivos de la Copa América de Argentina de ese año. Esta información es una de las que está en el expediente que consta de más de 160 fojas, que sostiene que en 2010 la Conmebol firmó un contrato con la empresa de los Jinkis para que transmitieran la Copa América en 2015, 2019 y 2023. Eso generó conflictos con Traffic, compañía brasileña que sostuvo que tenía previamente asignada la transmisión del torneo. Pero Traffic retiró la demanda en 2013, luego de que “Full Play y Torneos acordaran compartir los derechos comerciales” con ellos a través de la nueva empresa Datisa, desde la cual se habrían pagado los sobornos. Ahí yace la causa por la cual Interpol allanó la antigua casa de Burzaco el jueves por la noche y de las oficinas de Torneos.
Nadie sabe qué hará el CEO de Torneos. Lo que muchos suponen es que Burzaco está preparando una defensa como la de José Hawilla, presidente de Traffic Sports, quien se declaró culpable y ayudó delatando a todos los dirigentes que recibieron sus pagos para adjudicarles los contratos de transmisión. De ser así, habrá nuevos salpicados.
Ausente con aviso. Burzaco iba a ser uno de los actores principales en el nuevo panorama de la Conmebol. Tanta influencia tenía, que antes del escándalo lo esperaban siete habitaciones de las más caras de La Serena y Viña del Mar para acompañar, con sus invitados, el camino de Argentina en el torneo. Obviamente, esas habitaciones buscan nuevo dueño.
Los que lo conocen bien de cerca aseguran que no es un hombre fácil para entablar una relación. Duro, autoritario, demasiado serio. Es un pulpo habilidoso que jamás deja negocio abierto y que convirtió a Torneos y Competencias en el monopolio que maneja las transmisiones deportivas en el fútbol argentino y sudamericano.
El 26 de mayo escribió en su ya inexistente cuenta de Twitter (@tornasol64) su último mensaje antes de que su nombre saltara a las noticias de todo el mundo: “En Londres, camino a Zurich; al mundo FIFA”. Fue su último mensaje a un ambiente que vio cómo la investigación del FBI le destruyó su reputación y lo que más le costó conseguir: poder.
Por Horacio Frazzettas. | Esta nota fue publicada en la Edición Impresa del Diario Perfil.