En el año que Conmebol fue noticia más de una vez por irregularidades y desprolijidades que derivaron en la definición de más de un partido en el famoso y ponderado "escritorio" por no contar con un registro de jugadores suspendidos o inhabilitados, el presidente Alejandro Domínguez amagó con hacer una autocrítica pero finalmente terminó apuntando para otro lado al referirse a los problemas del fútbol sudamericano.
"Tenemos que asumir los errores, no vale la pena dar excusas, simplemente decirles a todos que en la autocrítica que hace la Conmebol reconocemos que este año hubieron problemas y ya hemos tomado las medidas para paliar esta situación", comenzó diciendo el dirigente paraguayo en la previa del sorteo de la Copa Libertadores de 2019.
Sin embargo hizo nula mención a las cuestiones que pusieron en ridículo a la Conmebol y contribuyeron a desprestigiar una competición que en la previa se presumía como una de las más atractivas por el nivel y la historia de los equipos participantes.
"Esta autocrítica no se puede limitar únicamente a la Conmebol. Llegó la hora de parar con la demagogia, paremos con las excusas, hay que asumir responsabilidades, hay que pensar qué fútbol es el que queremos. Terminemos con la viveza criolla, con la idea de que ganar justifica cualquier cosa. El fútbol tiene los mejores valores y nosotros debemos dar el ejemplo. Terminemos con la violencia, acabemos con la intolerancia", siguió Domínguez que hizo hincapié en el incremento de los premios que recibirán los clubes por participar e ir avanzando de fases en sus ya casi tres años de gestión.
Cuando asumí la presidencia de la CONMEBOL, los torneos de clubes repartían USD 71,19 millones. En el 2019, la CONMEBOL Libertadores, Sudamericana y Recopa distribuirán USD 211,1 millones. Son USD 139,9 millones más para los clubes durante mi presidencia. Casi tres veces más. pic.twitter.com/IUIJduW9AW
— Alejandro Domínguez (@agdws) December 17, 2018
Para rematar su pobre discurso, sin nombrarlos aludió a los incidentes en el Monumental que pusieron en jaque la definición de este año: "Será una final única, pero se va a jugar", concluyó y generó la carcajada cómplice de muchos de los asistentes.