El flamante entrenador de Boca, Gustavo Alfaro, se defendió hoy de las acusaciones que pesaban sobre su persona por haber abandonado Huracán para llegar al Xeneize al aclarar que no tenía cláusula de rescisión y que se ajustó "a la ley".
"Mi contrato no tenía una cláusula de rescisión. No la ponen los trabajadores, sí los empleadores", explicó Alfaro en la conferencia de prensa en donde fue presentado como reemplazante de Guillermo Barros Schelotto.
En ese momento, el nuevo DT xeneize sacó un papel y leyó el artículo 88 de la Ley de Contrato de Trabajo, aclaró que ante el llamado de Nicolás Burdisso, director deportivo de Boca, le avisó al presidente de Huracán Alejandro Nadur para luego asesorarse legalmente para atenerse "a la ley".
"La decisión fue muy controvertida y difícil. Por el momento en que me llegó, por la relación con mis jugadores y el mundo Huracán. Lo medité mucho. La consulté con personas de más experiencia que yo, con jugadores del plantel, con el presidente de Huracán y lógicamente con mi familia. No hubo uno que me dijo que no la tome", agregó.
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Luego reconoció que "lo primero que hice fue asesorarme legalmente y mi vinculación laboral con Huracán, se regía por el contrato, todo lo que no estaba en el contrato, se regia por la Ley de Contrato de Trabajo".
Alfaro relató que le dijo al presidente de Huracán que si él quería declinaba el ofrecimiento de Boca, pero Nadur "en un gesto de grandeza" le respondió que él no podía decidir sobre su futuro y que no podía cortarle "la posibilidad de seguir en su camino".
Incluso el DT comentó que Nadur le pidió que redacte la nota, que se hizo pública, y en donde explicó su desvinculación "con lo que eso significaba".
"Yo me atuve a derecho y no me moví un milímetro de lo que dice la ley y si decía lo contrario, no lo hubiera hecho. Acá decir que sí se lo caratula como traición y pienso, dónde está la traición que le hice a Huracán?", se preguntó.
Después recordó que cuando se hizo cargo del equipo Huracán estaba en la zona de descenso directo, "con un plantel que tenía la relación rota con la dirigencia" y agregó: "La traición mía fue invitar a soñar a jugadores que estaban en zona de descenso directo y siempre peleé por la clasificación a la Copa Libertadores".
"Un equipo y una institución que tuvo que poner 4 millones de dólares para pagar las obligaciones y sueldos que Huracán no pudo afrontar, y luego de un año por ventas y objetivos deportivos le ingresó 18 millones de dólares", señaló.
En su extensa respuesta, que se pareció mucho más a una defensa, Alfaro dijo que Huracán vendió a jugadores como Hugo Nervo, Ignacio Pussetto, Alejandro Romero Gamarra, entre otros "y se las ingenió para estar cuarto, estar en puesto de Copa Libertadores, y con un partido por jugar".
"En un momento difícil en mi vida profesional, cuando sentía que estaba en el cierre de mi carrera, apareció esta posibilidad.
Ojalá que en estos 25 años de carrera, me hubieran traicionado como lo hizo Gustavo Alfaro a Huracán. Creo que la vida es la suma de todas nuestras decisiones y esta es la mía. Ojalá Argentina fuese un país con mas gente exitosa que exitista, iría mucho mejor", sentenció.
CV