River se coronó campeón de la Superliga Argentina en cuarta división. Lo hizo, ni más ni menos, que ante Boca.
El partido, disputado en la cancha de Argentinos Juniors, terminó igualado 2 a 2 en los noventa. El Millonario se impuso en los penales, una definición que estuvo envuelta en la polémica.
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Matías Ramos Mingo, arquero de Boca, le atajó el penal a Sánchez, juvenil de River. El árbitro Felipe Viola, a instancias del juez de línea Hugo Hartug, lo anuló por adelantamiento.
Era el penal decisivo de la serie. Tal es así que el Ramos Mingo, al no ver la sanción del árbitro, salió corriendo a abrazarse con sus compañeros.
El cuerpo técnico de Boca, encabezado por Héctor Bracamonte, también se abrazó ante la convicción de que ya eran campeones.
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La serie siguió y Franco Petroli, arquero de River, le atajó el siguiente penal a Montes, lateral derecho Xeneize. Alan Marcel Picazzo metió el suyo y decretó el triunfo para el Millonario.
Los chicos de Boca protestaron por la supuesta doble vara del árbitro. Petroli atajó tres penales y en todos, al igual que Ramos Mingo en esa ejecución que el juez hizo repetir, se adelantó un paso.
Lo mejor de la jornada fue el tercer tiempo que compartieron ambos planteles una vez terminado el partido.
AM