Fuerte operativo de seguridad para Boca-River y una incógnita que inquieta a todos

El Superclásico entre Boca y River volverá a paralizar al país este domingo en La Bombonera. Para garantizar la seguridad, el Ministerio de Seguridad de la Ciudad de Buenos Aires dispuso un amplio operativo con más de mil policías que custodiarán el estadio y sus alrededores desde temprano.

Así será el operativo de Seguridad para el Superclásico

Las puertas del estadio se abrirán a las 12:30, y las autoridades recomendaron llegar con tiempo para evitar demoras. El dispositivo se organizará en tres anillos perimetrales, con controles destinados a impedir la venta ambulante, la presencia de “trapitos” y el ingreso de pirotecnia o elementos no autorizados.

Boca, por su parte, prepara un recibimiento especial. El Comité de Seguridad ya dio el visto bueno para el uso de pirotecnia controlada, y el club planifica una fiesta con papelitos, serpentinas y enormes telones que cubrirán las bandejas del estadio. Sin embargo, un rumor atraviesa la previa: la posibilidad de que La 12 muestre el histórico “trapo de Di Carlo”, símbolo de una vieja rivalidad entre las hinchadas.

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La noche en la que la 12 se quedó con el “Trapo de Di Carlo”

El recordado episodio se remonta al Torneo de Verano de 1993, cuando, tras un Superclásico en Mar del Plata, integrantes de la barra xeneize lograron arrebatar una bandera a los hinchas de River. En ella se leía “Di Carlo Presidente”, en alusión a Osvaldo Di Carlo, dirigente millonario que aspiraba a la presidencia del club.

Desde entonces, aquel “trapo” se convirtió en un trofeo de guerra para La 12, que lo exhibió por primera vez en La Bombonera en el debut del Torneo Clausura de ese mismo año, ante Mandiyú. Su paradero actual es incierto, pero su historia sigue viva en el folklore del fútbol argentino.

Hoy, más de tres décadas después, el apellido Di Carlo vuelve a escena: Stefano, nieto de Osvaldo, es el actual presidente de River. Y aunque los tiempos son otros, la coincidencia le agrega un condimento especial a este Superclásico, donde las pasiones —en la cancha y en las tribunas— volverán a escribir un nuevo capítulo de esta rivalidad eterna.

BP