Que la situación del fútbol argentino en general, y de los clubes en particular, está lejos de ser la ideal es más que sabido pero imágenes como las que se vieron hoy en El Porvenir, le otorgan más dramatismo a una situación que de por sí es bastante complicada y de difícil solución.
Ver al presidente de un club como Enrique Merelas tomarse a golpes de puño con los mismos socios de la institución que preside es una imagen que da pena, y ni hablar al verlo golpeando a una mujer.
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No hay motivos valederos ni excusas para entender una actitud semejante aunque sí hay una explicación para entender porqué se llega a una situación tan tensa. Una agrupación interna acusa a Merelas por un faltante en el balance de 12 millones de pesos. Ante este panorama y avalados por el fiscal Pablo Rossi, tomaron las instalaciones exigiendo la destitución del presidente.
Al enterarse de lo que ocurría, Merelas se hizo presente en el club de Gerli, donde no querían dejarlo ingresar y la situación fue ganando en intensidad hasta desmadrarse y terminar con los lamentables incidentes.
"Es una persona que se cree dueña del club. Nosotros queremos que esto sea de la gente", aseguró uno de los integrantes de la Comisión 29 de Noviembre.
"Esa gente tomó el club de forma violenta. Nosotros tenemos un acta que dice que el presidente del club es Merelas y no se le puede negar el ingreso", contestó un allegado al presidente. Esta historia continuará.
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