Antes de empezar con el juicio por la muerte de Diego Armando Maradona que se desarrolló el martes, Verónica Ojeda, ex pareja de Pelusa, increpó a la psiquiatra Agustina Cosachov, una de las siete profesionales de la salud que estarán en el banquillo, y le gritó: "¡Asesina, vení a dar la cara!".
Cómo fue el tenso momento que se vivió entre Verónica Ojeda y Agustina Cosachov
El encontronazo fue subiendo las escaleras, en dirección a la sala del primer piso donde se desarrollarán, en principio hasta julio, las audiencias.
Cosachov no respondió y el abogado Mario Baudry, pareja de Ojeda, intervino para que la mujer no quedara cara a cara con la acusada.
Detrás de ella llegó otro de los principales imputados, el neurocirujano Leopoldo Luque, que trató a Maradona en el último tiempo de vida y se convirtió en fisicoculturista. Pasó casi inadvertido entre los periodistas.
Por su parte, Verónica Ojeda, mamá de Dieguito Fernando Maradona, llegó con una remera con la cara del astro. Lloró y fue abrazada por Baudry.
También asistieron las hijas del ex capitán. Primero Jana. Y luego Dalma y Gianinna, quien estaba acompañado por el ex futbolista Daniel Osvaldo. Como Ojeda, estallaron en llanto.

Quiénes son los siete acusados en el juicio por la muerte de Maradona
El proceso judicial, que se lleva adelante en San Isidro, tiene como protagonistas a siete profesionales de la salud que atendieron a Maradona en sus últimas semanas de vida.
Los imputados son Leopoldo Luque (neurocirujano y médico personal), Agustina Cosachov (psiquiatra), Ricardo Almirón (enfermero), Nancy Forlini (médica de Swiss Medical), Mariano Perroni (jefe de enfermeros), Carlos Díaz (psicólogo) y Pedro Di Spagna (médico clínico).
Todos enfrentan cargos por "homicidio con dolo eventual", un delito que podría acarrear penas de entre 8 y 25 años de prisión.

Por su parte, la enfermera Gisella Dahiana Madrid será juzgada por jurados en una segunda etapa, prevista para finales de este año.
La causa fue elevada a juicio en junio de 2022 por el juez de Garantías 2 de San Isidro, Orlando Abel Díaz, quien consideró que los acusados no cumplieron con los estándares de la "buena práctica médica" y que, como "garantes" de la salud de Maradona, pudieron haber evitado su desenlace fatal, pero no lo hicieron.
Los fiscales, por su parte, calificaron la atención brindada al exjugador como "deficiente", "temeraria" e "indiferente", argumentando que el equipo médico era consciente del riesgo de muerte y no tomó medidas para prevenirlo.
BP



