Maximiliano Salas atraviesa horas de extrema tensión y angustia en la concentración de Racing en Paraguay. El delantero de 27 años, uno de los protagonistas del semestre en la Academia, fue víctima de amenazas e insultos luego de confirmar que no renovará su contrato, en medio de crecientes versiones que lo vinculan con un posible traspaso a River Plate.
La grave situación que atraviesa Maxi Salas
La situación escaló rápidamente. Primero, Salas debió desactivar los comentarios en sus redes sociales ante la catarata de mensajes hostiles. Sin embargo, en las últimas horas la situación se agravó: su número de teléfono fue divulgado públicamente, al igual que la dirección de su domicilio particular.
La tensión se trasladó también al plano familiar. Su esposa recibió mensajes intimidatorios y amenazas, lo que incrementó la preocupación en el entorno del futbolista correntino. La bronca de un sector de la hinchada académica por la posible salida del jugador desbordó los límites del ámbito deportivo.
Pese a que ni River ni otro club han presentado una oferta formal por Salas, su posible transferencia se convirtió en un foco de conflicto. El delantero tiene contrato vigente con Racing hasta fines de 2026 y, según se informó, no dejaría el club por un monto inferior a su cláusula de rescisión: 15 millones de dólares o 8 millones de euros.

River va a la carga por Maxi Salas y pagaría la cláusula de salida
Mientras el plantel de Racing continúa su preparación en Paraguay, el caso Salas ya excede lo futbolístico. Desde la dirigencia aún no se pronunciaron públicamente, pero se espera que el club tome medidas para garantizar la seguridad del jugador y su familia.
Por qué Gallardo quiere a Maxi Salas
Marcelo Gallardo decidió hace más de un mes que quería sumar a Maxi Salas. El jugador, en ese momento —apenas finalizado el Torneo de la Liga Profesional—, comunicó que tenía un acuerdo de palabra con Diego Milito y Racing para salir ante una oferta de 4,5 millones de dólares. De inmediato, River, a pedido del Muñeco, puso ese monto a disposición, creyendo ambas partes que Salas incluso jugaría el Mundial de Clubes.
Lo que no suponía el jugador —y que Gallardo sí intuía— era que Milito le diría que ese acuerdo no incluía la salida al fútbol local. Por eso, el pase no se cerró hace tres semanas, y por eso ahora el tema volvió a la mesa de negociaciones, tras el planteo del jugador de no firmar la renovación de contrato y presionar al club de Avellaneda.
En estas horas, se supone que los clubes llegarán a un acuerdo, ya que la diferencia está en el monto final, dado que no se activará la cláusula de salida de 8 millones de dólares.

Gallardo tomó la decisión de ir por Salas por su fortaleza física y, sobre todo, porque lo ve como la pieza necesaria para que el equipo juegue como más le gusta. Para el DT, el principal problema de River no es la falta de gol, sino la imposibilidad de sostener una presión alta que le permita tener la posesión cerca del arco rival.
“Si el equipo logra jugar más tiempo cerca del arco de enfrente, las chances van a llegar y los goles van a llegar solos. El problema no es el gol, es la construcción del gol”, explican desde su entorno para justificar la insistencia por el delantero de Racing.
BP



