En un día histórico para el Barcelona, Lamine Yamal fue presentado oficialmente como nuevo portador del icónico dorsal número 10, el mismo que inmortalizó Lionel Messi durante más de una década. La ceremonia se realizó en la tienda oficial del club en el Camp Nou, en el marco de su renovación de contrato hasta 2031: “Messi ha hecho su camino, yo voy a hacer el mío”, dijo Yamal ante la prensa, con serenidad y confianza, dejando en claro que su objetivo no es reemplazar al ídolo, sino forjar su propia historia.
Con apenas 18 años recién cumplidos, Yamal llega al dorsal más simbólico del club tras una temporada sobresaliente: 18 goles, 25 asistencias y un triplete doméstico (Liga, Copa del Rey y Supercopa de España). En su camino hacia el protagonismo, primero usó el número 41 en su debut en 2023, luego el 19 (como Messi en sus inicios) y ahora llevará el 10, tras la salida de Ansu Fati al Mónaco: “Me gustaría quedarme con algo de Messi, de Ronaldinho y de Rivaldo. Estoy agradecido por lo que han dado al club”.
“No he ganado la Champions, así que mi reto es ganarla. Y también el Mundial” En un vestuario lleno de juveniles, el nuevo diez aseguró que disfrutar el camino es tan importante como ganar: “Cuando disfrutamos, jugamos mejor y ganamos”. Sin mostrar presión, afirmó que tanto las críticas como los elogios externos le son indiferentes si no provienen de su entorno familiar.
El ciclo comienza con polémica
Su irrupción como nueva cara del Barca no llega libre de controversias. El fin de semana del 12 de julio, durante su fiesta privada de 18 años, contrató animadores con enanismo, lo que desató una fuerte polémica en España. La Asociación para Personas con Acondroplasia y Otras Displasias Esqueléticas (ADEE) presentó una denuncia formal por considerar que se vulneró la dignidad de las personas con discapacidad, perpetuando estereotipos.
A partir de esto, el Ministerio de Derechos Sociales español solicitó a la Fiscalía General del Estado que investigue si se infringió la Ley General de los Derechos de las Personas con Discapacidad, que prohíbe espectáculos degradantes con personas con discapacidad y prevé sanciones de hasta un millón de euros. La causa está ahora en manos de la Oficina de Delitos de Odio y del Defensor del Pueblo.
Consultado por el escándalo, Yamal se limitó a responder: “Trabajo para el Barça, pero cuando estoy fuera disfruto de mi vida”. Con esa frase buscó cerrar el tema y enfocarse en su presente deportivo. En un momento de crecimiento personal y profesional, su desafío no será solo solo vestir una camiseta cargada de historia, sino también aprender a convivir con el peso de la exposición y las expectativas.
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