Este domingo, desde las 13 en el Mercedes-Benz Arena de Atlanta, Lionel Messi volverá a verse las caras con Luis Enrique en un duelo que promete intensidad y simbolismo.
El choque entre Inter Miami y el Paris Saint-Germain, correspondiente a los octavos de final del Mundial de Clubes, no solo enfrentará a dos potencias en distintas etapas de consolidación, sino que traerá a la memoria un vínculo que supo ser conflictivo, pero también exitoso.
La historia de Messi y Luis Enrique en el Barcelona
Luis Enrique y Messi compartieron vestuario en el FC Barcelona entre 2014 y 2017, una etapa gloriosa para el club catalán. Juntos levantaron ocho títulos, incluida la última Champions League conquistada por el conjunto blaugrana en la temporada 2014/15. Sin embargo, el camino al éxito no estuvo exento de turbulencias.
La tensión entre el entrenador español y el crack argentino explotó a comienzos de 2015. Tras reincorporarse unos días después que el resto del plantel, luego de pasar las Fiestas en Rosario, Messi protagonizó un altercado durante una práctica abierta al público.
En una jugada, cayó en el área y Luis Enrique, que oficiaba de árbitro, no sancionó falta. El reclamo fue enérgico y se trasladó al vestuario, donde los ánimos se caldearon y debieron intervenir compañeros para evitar una escalada mayor.
Ese episodio marcó un antes y un después. El fin de semana siguiente, Messi fue suplente ante la Real Sociedad e ingresó en el segundo tiempo en una derrota por 1 a 0. Al día siguiente, no se presentó a entrenar, lo que generó preocupación en el plantel y revuelo mediático. Pese a todo, el tiempo y los buenos resultados se encargaron de limar asperezas.
Luis Enrique, conocido por su firmeza frente a las figuras, no es de los que cede fácilmente. Así como no dudó en enfrentar a Messi, años después tampoco lo hizo con Kylian Mbappé en PSG. Tras la salida del francés, sentenció: “Ahora sí vamos a jugar como yo quiero”. Esa actitud, para muchos, explica su éxito en la última Champions, la primera en la historia del club parisino.
Con Messi la historia terminó bien. El entrenador eligió priorizar el rendimiento colectivo y el tridente ofensivo formado por el argentino, Luis Suárez y Neymar, que terminaría siendo letal. Barcelona ganó ese año la Liga, la Copa del Rey y la Champions. En total, fueron tres temporadas con cinco títulos más y una efectividad del 80,29% para Luis Enrique.
“Hoy solo puedo hablar maravillas de Leo Messi”, reconocería más adelante el entrenador. Incluso lo comparó con una escena de Matrix: “Esa imagen que se ralentiza y podés hacer lo que querés... Eso es Messi. No vi a nadie más capaz de hacerlo”.
Ahora, los caminos los enfrentan de nuevo. Messi, con sed de revancha tras su paso sin gloria por PSG, intentará comandar a Inter Miami a una victoria histórica frente al vigente campeón de Europa. Como advirtió Javier Mascherano, actual DT de Leo y también exdirigido de Luis Enrique: “Para nosotros es mejor si Messi juega enojado”.
BP
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