Periodista
La Conmebol consiguió lo que se había propuesto hace casi dos meses, cuando en pleno crecimiento de casos por Covid-19 en la región anunció que la Libertadores volvería el 15 de septiembre. El día llegó. Prevaleció la postura de que sí o sí había que retomar las actividades porque ésta será la nueva a-normalidad, una teoría también empujada por la "certidumbre" y "hoja de ruta" (eufemismos de presiones) pedidas por sponsors, Facebook y cadenas televisivas. Los 500 millones de dólares en juego no pueden demorarse más.
Los muchos clubes y dirigentes que pidieron formal e informalmente una postergación, al menos hasta que la curva de contagios empezara a doblarse hacia abajo, se resignan a aceptar este escenario. En Argentina, algunas personas recordaron la mínima incidencia que tiene la AFA en la sede de Asunción, luego de la carta enviada por Claudio Tapia tras la eliminación de Argentina en la Copa América de Brasil.
En la Conmebol saben muy bien que los corredores sanitarios por los que viajarán los clubes no serán infalibles. Por eso a último momento decidieron extender las listas de buena fe de cada equipo: si antes podían inscribir a 40 jugadores, ahora podrán inscribir a 50. ¿Quién tiene 50 jugadores profesionales en su plantel? Nadie.
La ampliación del cupo de 40 a 50 futbolistas prevé que muchos equipos tengan que presentar formaciones de emergencia
Se sabe y lo reconocen en Asunción: será una edición de emergencia que puede terminar con formaciones de emergencia. Los contagios masivos en algunos de los principales clubes del continente lo evidencian. La ampliación del cupo de 40 a 50 futbolistas está pensada en ese sentido: muchos juveniles podrían debutar mientras los profesionales transitan su enfermedad y respectivo aislamiento.
Ese temor lo reconoció el médico de la Asociación Paraguaya de Fútbol, el país donde está la sede de la Conmebol y en el que nació el presidente del organismo, Alejandro Domínguez. "Hay temor por los viajes que van a realizar los equipos paraguayos al exterior, como también por los equipos extranjeros que ingresan –remarcó Gerardo Brunstein, jefe médico de la Asociación Paraguaya en Radio Colonia–. Hay un riesgo en los viajes pero todas las asociaciones del fútbol sudamericano vamos a hacer lo posible para que los riesgos se minimicen".
En otra sintonía, el ministro de Salud de Paraguay, Julio Mazzoleni, admitió que el país dejará entrar a los jugadores positivos asintomáticos, esta semana de Boca, la próximas de otros clubes. "Debe haber al menos 72 horas sin síntomas y a partir de ahí ya no son contagiantes", aseguró Mazzoleni, en una frase que generó discusiones y polémicas.
¿Cuánto cobrará cada equipo por viajar?
Las advertencias no surtieron efecto. Y como la Conmebol no puede garantizar que la burbuja sanitaria no se pinche, también procuró redistribuir dólares para que los clubes que viajen alivien su situación. A falta de salud, que haya dinero. En el croquis económico elaborado por la Conmebol se contemplan tres situaciones:
- 15 mil dólares para los equipos que deban visitar a un equipo del mismo país, pero con traslado aéreo.
- 30 mil dólares para los que deban salir del país y viajar hasta 2.000 kilómetros.
- 50 mil dólares para los que se trasladen de 2.000 a 4.000 kilómetros.
En el segundo segmento entró Peñarol, que cobrará 30 mil dólares por trasladarse desde Montevideo hasta Santiago de Chile para jugar hoy con Colo Colo. Será el primer partido de este reinicio de Copa.
Chile registra desde el inicio de la pandemia 438 mil casos y 12.040 muertes. Uruguay, en el otro vértice continental, 1812 contagios y 45 fallecimientos. Esas dos realidades se unirán hoy en el Estadio Monumental de Santiago. Volverá la Copa y el fútbol y eso es una alegría innegable. Pero a costa de qué, nadie se anima a pronosticarlo.