En un gran partido de fútbol, Francia se impuso 1-0 sobre Bélgica en San Petersburgo y se metió en la final del Mundial de Rusia 2018.
El único tanto lo marcó el defensor Samuel Umtiti, quien conectó de cabeza un centro de Antoine Griezmann a los cinco minutos del segundo tiempo.
Será la tercera final del mundo para Francia tras alzar el trofeo más preciado del fútbol jugando en casa en 1998 y caer en la definición de Alemania 2006 ante Italia por penales. Los Bleus tendrán además la oportunidad de tomarse revancha de la dolorosa derrota ante Portugal en la Eurocopa que Francia organizó dos años atrás.
La "generación dorada" belga, en cambio, se queda a las puertas de su primera final del mundo. El sueño de los dirigidos por Roberto Martínez chocó ante la practicidad y la jerarquía francesa.
A juzgar por lo exhibido por ambos equipos en el torneo, el encuentro de hoy era considerado una final anticipada. Bélgica llegó a la semifinal tras ganar sus cinco partidos con un fútbol notable y dar el golpe ante Brasil en cuartos de final, mientras que los galos apenas habían cedido un empate en un intrascendente encuentro ante Dinamarca en la fase de grupos.
Antes de celebrar, Francia debió sufrir en un comienzo del partido que tuvo como dueño al belga Eden Hazard. El jugador del Chelsea ingresó encendido y enloqueció a la defensa francesa a puro vértigo.
En sus pies estuvo la primera jugada de peligro del encuentro, un disparo raso cruzado que salió apenas desviado tras recibir una asistencia de Kevin de Bruyne.
Lo tuvo nuevamente Hazard poco después con otra jugada que generó en el sector izquierdo del ataque, donde el extremo no dio respiro a Benjamin Pavard. El astro belga sacó un latigazo y Raphael Varane desvió de cabeza al córner.
El equipo de Roberto Martínez fue superior en el inicio y tuvo la más clara de la etapa a los 21', cuando Toby Alderweireld se encontró con un balón suelto tras un córner y obligó a una estirada notable de Hugo Lloris.
"Allez les bleus!" comenzó a cantar entonces el reducido grupo de hinchas franceses apostado detrás del arco de Lloris intentando levantar a su equipo. Y Francia se despertó.
Poco a poco empezó a aparecer Antoine Griezmann con varios toques de su calidad y el equipo de Deschamps comenzó a asomar la cabeza. El delantero del Atlético de Madrid tuvo una buena posibilidad en el borde del área, pero su remate se fue alto. Y en otra acción combinó bien con Kylian Mbappé, pero Olivier Giroud, la pata más floja del tridente ofensivo francés, no logró conectar.
La acción más clara de Francia en la etapa inicial llegó a los 39', con una asistencia de Mbappé a Pavard y un rempate que Thibaut Courtois sacó con el pie en forma espectacular.
Con ese impulso salió Francia en la segunda etapa y como premio tuvo la apertura del marcador. Griezmann lanzó un córner con mucha rosca y Umtiti se anticipó de cabeza a Marouane Fellaini para abrir el marcador y desatar el festejo en el palco del presidente francés, Emmanuel Macron.
El gol liberó a Francia y llenó de nervios a Bélgica. Mbappé y Griezmann siguieron haciendo de las suyas y el joven crack del Paris Saint-Germain asistió a Giroud con una maravillosa pisada de taco, pero el delantero del Chelsea no estaba en su noche.
Martínez dio ingreso entonces a Dries Mertens por Mousa Dembelé, el hombre que el entrenador español había elegido para sustituir al suspendido Thomas Meunier.
Pero Francia ya tenía la ventaja que necesitaba y se replegó bien en el fondo, sin dar espacios a un equipo belga que careció de ideas. Hazard poco a poco se fue apagando, tampoco apareció De Bruyne y lo único que inquietó medianamente el arco de Lloris fue un cabezazo apenas desviado de Fellaini antes de ser reemplazado.
Es más, Francia pudo haber ampliado el marcador a través de Griezmann y el ingresado Corentin Tolisso. No fue necesario. Los "bleus" lograron sostener la ventaja casi sin pestañear para acceder a la final, ese lugar que por ahora, y más allá de las sorpresas que se vivieron en Rusia, sigue estando reservado a los grandes de la historia.
Fuente: DPA