Lanús estuvo más cerca del triunfo en el Cilindro de Avellaneda, pero el 0-0 ante el Racing igual le sirvió para conservar el invicto y, muy especialmente, convertirse en el único líder del Torneo Final.
Por la cuarta fecha, el Granate quedó como puntero exclusivo de la competencia doméstica porque más temprano River perdió el clásico ante San Lorenzo en el Nuevo Gasómetro.
La Academia, en cambio, sigue muy afectada por los problemas que le generó el recambio de futbolistas en el verano, con el agravante de la reciente pérdida del clásico ante Independiente.
Desde el comienzo y pese a que no fue su mejor partido, Lanús impuso condiciones en Avellaneda, producto de un trato de pelota criterioso y buenas intervenciones del uruguayo Mario Regueiro y Cristian Chávez.
Racing, por su parte, pareció sentir la presión que desde las tribunas ejerció el público, que en todo momento le reclamó por actitud, en una clara alusion a la dura derrota del fin de semana último ante los Rojos.
Sólo algunas arremetidas del juvenil Rodrigo De Paul le permitieron al local llevar peligro hasta la valla de Agustín Marchesín. De hecho fue el juvenil quien a los 4 minutos, y luego de un pase de Mauro Camoranesi, eludió al paraguayo Víctor Ayala y remató desviado sobre el palo derecho.
La respuesta de Lanús llegó a los 23, cuando un tiro libre de Ayala se fue besando el ángulo derecho de la portería de Sebastián Saja.
A los 34 el conjunto granate dispuso de la ocasión más clara de la etapa. Silvio Romero hizo la pausa justa en la mitad de la cancha y habilitó a Ismael Blanco a la espalda de los centrales de Racing, pero Saja, mano a mano con el delantero, achicó bien hacia adelante y evitó la caída de su valla. Con poco, la visita mereció más ante la muy desdibujada imagen que ofreció el equipo de Luis Zubeldía.
Desde el comienzo del segundo episodio, y al igual que en el primer capítulo, fue Lanús el que manejó la pelota, aunque esporádicamente llevó más peligro al arco rival.
Es que Racing, muy desdibujado y sin peso ofensivo, dependió casi con exclusividad de alguna jugada aislada de Luciano Vietto o de De Paul.
A los 15 avisó el local con un disparo de Vietto, pero Marchesín arrojándose sobre su derecha tapó con tranquilidad. Tres minutos más tarde, y luego de una muy buena réplica encabezada por Romero, tuvo su oportunidad Lanús, pero el remate de Regueiro, de frente al arco, fue interceptado con lo justo por Mario Bolatti.
Poco pudieron hacer ambos conjuntos en ofensiva, aunque los dirigidos por Guillermo Barros Schelotto, con un buen y muy prolijo trato del balón, dejaron una mejor impresión que un Racing que, aún golpeado por la dura derrota en el clásico, no logra levantar cabeza.
El elenco granate dejó Avellaneda sabiendo que con un poco más podía haber cosechado un triunfo, pero con la tranquilidad de que el revés de River le permite conservar en soledad la cúspide en la competencia doméstica.
Fuente: DyN