viernes 29 de marzo del 2024

La dramática vida de un luchador de kick boxing

Fernando Llanos tuvo una infancia cruel. Abandonado por su madre y abusado por su tío, tuvo su revancha personal y ahora busca el título del mundo. Fotos. Galería de fotosGalería de fotos

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Dicen quienes conocen de adentro al kick boxing que no es un deporte que se practique porque sí. Nadie lo elige por casualidad y no todos están preparados, por las más diversas razones, para llegar realmente lejos. Fernando Llanos, entre estos últimos, es una excepción.

Nacido hace 28 años en Pacheco, tiene 10 peleas disputadas y 9 ganadas -4 por KO-, es vigente campeón Panamericano hasta 63, 500kg y campeón regional hasta los 67kg. Además, el 14 de mayo irá por el título argentino y del 14 al 19 de noviembre peleará en Andria, Italia, por el título mundial en su categoría, otorgado por la World Kick Boxing Federation (WKF).

Cruel infancia. Títulos al margen, este luchador no la tuvo fácil. Su madre, que era prostituta, lo abandonó al año y medio y lo volvió a buscar tiempo después. Fue criado por un padrastro que hasta sus once años fue “el mejor del mundo” y que, tras quedar ciego, lo hizo vivir un calvario: “Me quiso echar varias veces de mi casa, me hacía trabajar en un quiosco hasta muy tarde, no me pagaba y me decía ‘vos comés gracias a mí’”, contó Llanos en diálogo exclusivo con 442.

En medio de ese crudo contexto, Llanos era el encargado de atender el local hasta la madrugada, y salía a buscar bebidas y cigarrillos para el negocio con su bicicleta y un carrito . “Era una situación muy cruel y me daba verguenza”, reconoció. A la vez, admitió “no haber fichado las cervezas varias veces” para obtener un ingreso con el que su padrastro se negaba a premiarlo.

“De todas maneras, fui bien criado. Mis hermanos trabajaron desde más chicos que yo, salían a vender papel higiénico y se juntaban con chicos que se drogaban. Yo viví como un rey, al menos hasta cierta edad, y fuí el primero de los seis que terminó el secundario. Soy bastante nerd”, admitió, agregando que uno de sus fuertes es “la historia” y que, cada vez que lo echaban de su casa, llevaba libros en lugar de ropa. “Me iba a la estación de colectivos, a cualquier hora que me echaran y que quedaba ahí, leyendo. Siempre me gustó leer”, sostuvo quien buscará el título del mundo en kick boxing.

El tío abusador. Llanos tiene cinco hermanos y un medio hermano, pero a casi todos los conoció de grande. Salvo a Federico, el menor, con quién convivió bastante tiempo en la casa materna. Fue a él a quien salvó de ser abusado por su tío. Sin embargo, la víctima terminó siendo el propio Fernando.

“Mi mamá y mi padrastro se habían ido de viaje y mi tío, que era seguridad en un country, me llevó con él. Me dijo: ‘Hay pileta y juegos’. Yo tenía solo una short y una remera, y para no mojar esa ropa me metí desnudo. Él entró después; primero me ahogó y abusó de mí”, le explicó a este portal.

Comienzo en el kick boxing. Ese horrendo suceso no fue uno más. Y más allá de ser un proyecto de futbolista frustrado –“es mi sueño imposible”, reconoció-, bailar salsa, ser un ávido lector y tocar la guitarra, entre otras aptitudes, el kick boxing es su modo de vida. Tal es así que, si bien lo practicó durante años sin competir oficialmente, tuvo la oportunidad del volver a cruzarse con su abusador, a quién no perdonó. "¿Te acordás de mí, violín?", le preguntó y, sin mediar más palabras, lo molió a golpes en la vía pública, unos cuatro años atrás.

“Empecé a practicar a los 13, para que no me pase más lo ocurrido en mi infancia y poder defenderme. Me hicieron creer que no tenía condiciones, pero acá estoy”, manifestó con satisfacción. Separado y padre de Luca (3 años) lo que gana en su trabajo no es suficiente para cubrir sus propias necesidades básicas de vida –las alimentarias, específicamente-, ni las deportivas.

Llanos tuvo varios trabajos, relacionados al rubro de la gastronomía, la vidriería y la teconlogía. Actualmente, cumple tareas diarias en una concesionaria de autos y no se detiene en la lucha por cumplir su sueño, a la vez uno frustrado de su hermano mayor, quién por diversas razones no pudo continuar con la actividad. “Recién ahora estoy por empezar a ganar un poco mejor, ya que en muchas ocasiones me quedo sin comer, dado que mi sueldo va en parte al alquiler de mi casa, y el resto para mi hijo”, confesó.

En cuanto a sus necesidades incumplidas, el consumo de suplementos, de gran importancia para su rendimiento pero de un costo elevado, es la más importante. “Me darían un plus por las proteínas y vitaminas que consumiría, más allá de las comidas. Al no tenerlas, necesitaría vivir comiendo para rendir al máximo en los entrenamientos, y las peleas. Son muy necesarios para la práctica diaria”, explicó.

Cumplir el sueño. Más allá de las falencias, que no frenan sus ganas y no impiden que siga soñando, Llanos tiene razones para estar motivado y orgulloso. Es que actualmente está entrenando en el gimnasio AKIBO, bajo la tutela de Pablo Paoliello, campeón del mundo del Consejo Mundial de Kick Boxing y el mayor exponente argentino de la disciplina, quién lo becó para que pudiera prepararse de cara a la experiencia mundialista de este año y su inminente paso a la práctica profesional del deporte. Un verdadero reconocimiento al sacrificio puesto en juego para cumplir su máximo anhelo.

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“Todos los que logran algún triunfo importante, lo primero que tuvieron fueron sueños, hambre de gloria, una intención de llegar lejos, de trascender. Fer entrena con mucha disciplina y, como dato, tiene una hermosa patada de izquierda a la que le pongo mis fichas”, remarcó Paoliello, en exclusiva para este medio. “La semilla está plantada y se riega a diario con pasión, sudor y ganas”, agregó.

De Fernando Llanos pocos esperaban este presente, pero la realidad permite visualizar un futuro prometedor. Las cartas están echadas y él, listo para empezar a escribir la historia en grande.

(*) Especial para 442 / @CarlucciFran

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