Hace unos años, cuando la hinchada de Nueva Chicago se dividía en tres tribunas y se enfrentaba a los tiros por todo Mataderos, Daniel Ferreiro creyó que la solución era pararse en la entrada del club, durante la semana, y evitar que algunos barras entren.
“Vos podrás mandar en la tribuna, pero acá, el que manda soy yo”, les decía. Hoy, por más que sigue siendo el vicepresidente de Chicago, el estallido político y económico de la AFA lo llevó hacia otro lugar: fue el representante de la B Nacional durante este año de turbulencias y, ahora, con el aterrizaje de la Comisión Normalizadora, es el que amenaza con parar todo el fútbol argentino.
Ferreiro comandó una conferencia de prensa, el último martes, en la que avisó que ningún campeonato del Ascenso va a comenzar si el Estado no salda la deuda que tiene con los clubes. Reclaman tres meses: enero, mayo y junio.
“Si no está el dinero, no vamos a empezar. Ni siquiera es una extorsión: es un acto de responsabilidad. Porque nosotros no podemos ser tan irresponsables de viajar por el país, de afrontar gastos de hotel o de traslados, si no vamos a tener recursos”, aseguró. La mano de hierro que usó en Chicago ahora quiere llevarla a su espacio en AFA.
Pero detrás de esa conferencia, de esa amenaza explícita que todos los dirigentes del Ascenso levantan como bandera, se foguea un clima de tensión por lo que viene haciendo la Comisión Normalizadora que lidera Armando Pérez, al que muchos ven como un “títere” del Gobierno, que encima les da letra por sus olvidos y frases.
“Esta comisión tiene muy poco de normalizadora. Es una intervención del Gobierno acordada con la Conmebol. Creo que la FIFA no sabe lo que pasa en la AFA. Y por eso la solución es un llamado a elecciones”, le dice a PERFIL Javier Pipo Marín, vice de Acassuso y hasta la semana pasada el representante de la Primera B Metropolitana en el Comité Ejecutivo.
Algunos aventuran que las elecciones, en principio reservadas para dentro de un año, podrían hacerse antes. Y que ahí, Ascenso Unido podría jugar una ficha distinta: con Claudio Chiqui Tapia y Hugo Moyano en un llamativo silencio, el que podría ocupar ese espacio es Ferreiro, con más aceptación entre los presidentes de Primera.
La prueba la dio el titular de Temperley, Hernán Lewin, que en el pasado apoyaba a Marcelo Tinelli y hoy se encolumna detrás de Ferreiro. “Los clubes de Primera NO deberíamos comenzar el torneo si no aparece el dinero adeudado y pactado para TODAS las categorías”, escribió en su Twitter como señal de apoyo.
“De los treinta clubes, hay diez o 12 que tarde o temprano van a jugar en el Ascenso. Por eso hay que coordinar una acción en común”, pide Marín. La “acción en común” no sólo consistiría en bloquear el inicio de los torneos. Podría ser un poco más que eso.
Las quejas del Ascenso. El reclamo que difundieron el martes pasado los principales dirigentes del Ascenso se sintetiza en cuatro puntos centrales.
El primero es el pago de la deuda que la AFA mantiene con los clubes de la divisional, de casi tres meses. El segundo es que los clubes reciban el abono correspondiente a julio –que aún no se cobró– durante la primera semana de agosto. El tercer aspecto es que la AFA se comprometa a firmar un acuerdo que fije un ingreso neto por mes, por club, de $ 1,5 millones durante 12 meses.
Y el último pedido es que, como se había comprometido el Gobierno a principio de año, los operativos de seguridad en los días de partidos sean costeados por el Estado.
Los 300 millones de pesos que le dará el Gobierno a la AFA en concepto del Fútbol para Todos ayudará a los clubes, pero serán sólo un paliativo.
(*) Nota publicada en la Edición Impresa del Diario Perfil.
