Perfil accedió a una entrevista exclusiva con el presidente de River, Rodolfo D'Onofrio, quien además de ratificar la necesidad de construir un nuevo estadio, no pudo evitar mostrar su debilidad por Marcelo Gallardo, el técnico que desbordó de alegría al club en los últimos años.
—Usted dijo que quería que Gallardo fuera el Alex Ferguson de River. ¿Es posible en este fútbol argentino sostener un DT durante dos décadas?
—Desde el lado de un club, sí. En River estamos demostrando que se puede. Ya pasamos los cuatro años y tenemos un contrato firmado por tres años y medio más. Lo que no sé es si un técnico o un ser humano tiene la energía para estar todo ese tiempo.
—¿Le gustaría que Gallardo fuera el técnico de la Selección?
—Creo que su destino es ese. Hace cuatro años que vengo trabajando con él, y me ha demostrado su altísima capacidad para manejar un grupo humano y llevarlo adelante. En su momento y en su tiempo, no me caben dudas de que será el técnico de Argentina.
—¿Qué es lo más extraña de cuando no era presidente de River?
—Mi vida privada. Era una persona que caminaba por la calle y no me conocía nadie, sólo mis amigos. Pasar a ser un hombre público es distinto. Fui presidente de empresas muy grandes, pero nunca tuve una actividad tan intensa como ésta. Es un esfuerzo grande, no un sacrificio. Si fuera un sacrificio no lo haría. Extraño mis tiempos, mis otros ritmos. Trabajar hasta no tan tarde.
"Hay que construir un nuevo Monumental"
—¿Es compatible presidir un club como River y además tener un trabajo?
—Sin duda que tu tiempo es mucho más escaso. Hay poco tiempo para dedicarle a tus actividades profesionales o empresarias. A mí me agarra en una etapa de la vida en la que hice una delegación en distintas estructuras, entonces estoy más para lo estratégico que para lo operativo. Mis reuniones laborales las tengo, pero para hacer un seguimiento de los temas o para pergeñar una estrategia.
D'Onofrio y su aspiración política.
"La política me gustó siempre. Fui al Nacional Buenos Aires y a la Universidad de Buenos Aires, hice política ahí y también cuando estuve al frente de empresas. Siempre tuve una debilidad por los problemas sociales. Yo tengo que ganar campeonatos y controlar la situación financiera en River, pero una de las cosas que me da más placer es ayudar a los que se encuentran en situaciones vulnerables", expresó el mandamás de uno de los clubes más poderosos de la Argentina y América.
"Me imagino en tres años y medio como hoy. Siguiendo todos los problemas sociales de cerca, reuniéndome con intendentes, empresarios. Trabajando mucho con Juan Carr. Soy de los que cree que tenemos que juntarnos y hacer un país donde muchos coincidamos en muchísimos temas", continuó.
Por otra parte, dio su punto de vista sobre la famosa grieta entre argentinos. "No creo en la grieta. Grieta es lo que pasa en Medio Oriente. Creo que es un charco. Y al charco se lo salta para encontrar un camino común. Puede ser con este Gobierno o con el que venga. Pero hay que trazar un programa, un proyecto y juntarse. Pero una cosa es juntarse y otra cosa es un rejuntado. Rejuntado no porque es todo lo que fracasó en Argentina. Juntémonos pero no para hacer un partido político: para tener un proyecto común. Por ejemplo en Educación. Un tema central donde no puede haber tanta diferencia entre los argentinos. Hay que armar un proyecto a 30 años. Alguna dirán que es una fantasía. Cuando yo llegué a River me decían eso, que era una fantasía cambiar la situación. Y se pudo", completó.
