jueves 28 de marzo del 2024

Iñaki Iriartes, el pibe que pasó del triciclo a la bici sin rueditas

El joven nacido en Tierra del Fuego no solo compite con la intención de elevar el nivel en su deporte, sino que además creó un proyecto para mejorar al BMX.

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Un manubrio por acá, una cadena suelta por allá, un pedal arriba de una silla. Ese fue el hábitat natural de un Iñaki Mazza Iriartes que antes de deslumbrar en los Juegos Olímpicos de la Juventud Buenos Aires 2018, ya sabía lo que era estar en la cima, ya que fue campeón de la categoría amateur de Freestyle Park en dos ediciones de la Copa del Mundo.

Su motivación fueron siempre sus hermanos, a esos que veía practicar deportes extremos o BMX y le generaban el deseo de subirse a la bici. A esa bici, sin rueditas, a la que se pasó sin escalas del triciclo para nunca más bajarse. Su mamá Candela repite cada vez que le preguntan sobre él que "no le tiene miedo a nada". Y vaya si tiene razón de decirlo.

Ya lo dijo su mamá Candela, en reiteradas ocasiones: "Este chico no le tiene miedo a nada", y él le dio sentido a esos dichos en una charla con Infobae: "En Tierra del Fuego los chicos de la primaria éramos medio salvajes. Cuando salíamos del colegio agarrábamos las bicis y, con una pelota en la mochila, siempre nos íbamos a andar para hacer trucos nuevos. Éramos un grupo de 5 o 6 que parecíamos un equipo".

Otra de las pasiones de Iñaki es complementaria a la que tiene por las dos ruedas: la edición de video. Eso le permite "imitar lo que podíamos hacer en la PlayStation. Es un juego y así lo tomo ahora". Otra cosa que no faltaba nunca cada vez que salía a pedalear llevaba su pala porque al no tener pistas, era él con sus amigos, los que tenían que armar sus propias rampas. El viento de la provincia más austral del mundo era un problema por lo que el ahora campeón olímpico (junto a Agustina Roth) fue clave con sus actuaciones y sus reclamos para que el Gobierno de su provincia haga una pista con calefacción para practicar el deporte.

A los 11 años hizo su primer viaje para competir en el exterior. Lo hizo con los ahorros de su hermano y tuvo que hospedarse en la casa de un competidor para poder ir. Por eso siempre asegura que "lo bueno de este deporte es que genera amistades de todo el planeta". Hoy, a los 17, quiere empezar un emprendimiento personal para mejorar su deporte: "Tengo un proyecto que puede generar una perspectiva diferente, donde se construya un espacio cultural para que se desarrollen distintas actividades como los deportes alternativos. Se llama Yanasus Wasi, que significa amigos y hogar en quichua". A eso le pone mucho empeño y lo deja claro cada vez que puede. Hoy, sin ir más lejos, y con la medalla de oro en el pecho no dudó en decir "lo nuestro es muy meritorio porque no tenemos ni siquiera un lugar para entrenar".

Su sueño va más allá de los triunfos. Iñaki Iriartes Mazza quiere armar una rampa gigante en un trailer que sea movible para poder recorrer las escuelas de todo el país y demostrarle a los chicos lo que es el BMX. Un BMX que encontró en él la pasión suficiente para que de a poco vaya ganando en el país cada vez más "Iñakis y Agustinas".